Marruecos ha expresado su preocupación por la visita del presidente francés Emmanuel Macron a Argelia, que comenzó el jueves y terminará el sábado. La visita coincide con una profunda crisis entre ambos países.
Las plataformas mediáticas marroquíes y los influencers de las redes sociales han lanzado una campaña contra Francia, aludiendo a su pasado colonial y al maltrato a los marroquíes en relación con el expediente de visado que afectó a antiguos ministros del gobierno marroquí. La negativa de los consulados franceses a conceder visados a los marroquíes se ha considerado un castigo deliberado.
El viernes, el periódico francés L'Opinion informó de que Rabat considera la visita de Macron a Argelia como un intento de marginar a Marruecos. Continúa diciendo que el rey Mohamed VI, en su discurso del 20 de agosto, se refirió a Francia cuando exigió que los socios tradicionales demostraran una posición clara sobre la cuestión del Sáhara Occidental apoyando la propuesta de autogobierno ofrecida por las autoridades marroquíes para resolver el conflicto.
Francia, sin embargo, no ve esto como algo injusto en la forma en que la clase política y la prensa de Marruecos afirman. Los franceses consideran que Marruecos se ha convertido en un destino para las inversiones africanas en África con la presencia de todas las grandes empresas francesas en Marruecos y su contribución a la modernización del sector industrial y de servicios en Marruecos.
Francia puso a Marruecos en el mapa industrial internacional gracias a sus inversiones en la industria del automóvil, a través de Renault primero y de Peugeot después, creando cientos de miles de puestos de trabajo.
A Francia le sorprenden las críticas de Marruecos, ya que el mayor porcentaje de visados y becas de estudios se concede a estudiantes marroquíes.
Todos los presidentes de Francia han apoyado las exigencias de Marruecos en el contencioso de la cuestión saharaui, provocando enfrentamientos en la Unión Europea y con países como Argelia.
La clase política y mediática de Francia ha evitado discutir la crisis con Marruecos, a pesar de las duras críticas contra Francia. Consideran que pasará lo mismo que la crisis de 2014, sobre todo porque las fuertes relaciones económicas no permiten un boicot definitivo.
Existe una diferencia de opinión sobre las causas de la crisis entre los dos países, y ninguno de ellos emitió declaraciones reconociendo la existencia de un problema.
Sin embargo, la prensa sigue especulando sobre el origen de la crisis. La prensa francesa, como Le Monde y Les Echos, atribuyen su origen al espionaje de Marruecos a dirigentes franceses como el presidente Emmanuel Macron.
Mientras tanto, la prensa marroquí recoge la preocupación de Francia por la expansión de las empresas marroquíes en África y su competencia con Francia, que no acepta la competencia de un país que en su día colonizó.
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