Rahaf Abu Suleiman, una niña de 11 años, acaba de llegar a la capital turca, Ankara, para continuar su tratamiento después de haber solicitado a las autoridades turcas una intervención urgente dadas las malas condiciones sanitarias de la ya de por sí aislada Franja de Gaza.
El 6 de agosto, Rahaf estaba jugando con sus primos cerca de su casa en el campo de refugiados de Jabalia, al norte de la Franja de Gaza. De repente, un misil israelí impactó en la zona, matando a cinco niños e hiriendo a un puñado de otros, entre ellos Rahaf y su hermano de 13 años, Mohammed.
Como consecuencia de un cohete disparado por un F16, Rahaf perdió tres extremidades. Perdió las dos piernas y un brazo debido a la metralla que impactó en diferentes partes de su cuerpo, causándole también daños en la vista.
Horas después de su llegada a la capital turca, Rahaf fue sometida a una serie de operaciones médicas, ya que los médicos turcos insistieron en intervenir lo más posible en las primeras horas.
"No me envíen de vuelta"
La frase más frecuente que pronuncia Rahaf mientras está tumbada en su cama del décimo piso del hospital Sehir de Ankara es: "No me envíen de vuelta. Quiero quedarme y continuar toda mi vida aquí en Ankara". Rafah se despierta y llora continuamente durante la noche a causa de sus horribles pesadillas.
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Para Rahaf, Gaza se ha convertido en una fuente de horror, ya que los aviones de guerra israelíes no distinguen entre un niño, un anciano, un hombre o una mujer. Todos los palestinos vivos han sido un objetivo durante los últimos ataques israelíes sobre la Gaza bloqueada, y las mujeres y los niños son los que pagan el precio más alto. Cabe señalar que Israel, según un estudio oficial palestino, masacró a mil niños palestinos en el periodo comprendido entre 2009 y 2022.
El afán de Israel por atacar a los palestinos de todas las edades refleja la ausencia de moralidad mostrada por el ex primer ministro israelí Ariel Sharon, quien declaró en una ocasión: "Un buen palestino es un palestino muerto".
¿Dónde has puesto mis extremidades?
Rafah se lamenta continuamente y hace a su madre preguntas desgarradoras, como: "¿Dónde están ahora mis miembros amputados? ¿Están enterrados en una tumba? ¿Escribieron mi nombre en la tumba? ¿Los mezclaron con los cuerpos de los mártires? ¿Me enterrarán en la misma tumba si muero?".
Rahaf tardará meses, o incluso años, en recuperarse de estas pesadillas; sin embargo, su familia dice que podría haber una luz al final del túnel si su hija recibe el tratamiento necesario (miembros inteligentes).
"Yo quería ser enfermera"
Rahaf, una estudiante de alto rendimiento en la escuela con esperanzas de triunfar en el futuro, soñaba con ser enfermera. Pensaba convertirse en un "ángel de la misericordia", término que los palestinos utilizan para referirse a las enfermeras, pero ahora está rodeada a diario por ángeles de la misericordia que la ayudan a superar su dolor.
Oír a Rahaf gritar de dolor es inolvidable. Un vídeo de sus gritos de agonía se hizo viral en las redes sociales, con Rafah quejándose de dolor en los ojos, las piernas, los brazos, la espalda y el cuello. Todos los órganos del cuerpo de Rafah fueron alcanzados por la metralla del brutal misil israelí.
Esperemos y recemos para que esta niña sea la última afectada por los crímenes de guerra israelíes.
Aunque, la dolorosa verdad es que mientras el Estado del apartheid continúe con su ocupación ilegal, y mientras la comunidad internacional haga la vista gorda ante las atrocidades israelíes, habrá más sufrimiento para niños como Rahaf.
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