El jefe del movimiento tunecino Ennahda, Rached Ghannouchi, afirmó el domingo que el fin del "golpe contra la legitimidad" es inminente, especialmente tras el acercamiento entre todos los partidos del país que consideran "el golpe un peligro inminente".
"Elogio a la Unión General Tunecina del Trabajo, que se negó a participar en la farsa del diálogo nacional", dijo Ghannouchi.
El sábado comenzó la primera sesión del "diálogo nacional" convocado por el presidente Kais Saied para preparar la celebración de un referéndum sobre una nueva constitución el 25 de julio del próximo año, en un intento de poner fin a la crisis política del país.
Varios partidos han participado en el diálogo, mientras que fuerzas políticas y sociales como la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), Ennahda, el Partido Corazón de Túnez y la Corriente Democrática se han negado a participar.
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Ghannouchi dijo que "el presidente no reconoce la autoridad del poder judicial, y considera a los jueces como sus empleados y olvidó que representan una autoridad y no pertenecen a nadie".
"Kais Saied presiona a la ministra de Justicia, le insta a que acelere el examen de los casos del movimiento Ennahda, pero no se ha demostrado que Ennahda esté implicada en ningún delito, y esta fue la razón por la que los jueces fueron destituidos injustamente", añadió Ghannouchi.
En junio, Saied emitió una orden presidencial por la que destituía a 57 jueces de sus funciones debido a las acusaciones formuladas contra ellos, entre ellas la de "cambiar el curso de los casos" y "perturbar las investigaciones" relacionadas con casos de terrorismo y cometer "corrupción financiera y moral".
Desde el 25 de julio de 2021, Túnez ha sido testigo de una grave crisis política cuando Saied impuso medidas excepcionales, como la destitución del gobierno y el nombramiento de uno nuevo, la disolución del parlamento y del Consejo Judicial Supremo y la promulgación de leyes mediante decretos presidenciales.
Las fuerzas tunecinas consideran estas medidas como un "golpe de Estado contra la Constitución", mientras que otros las ven como "una corrección del rumbo de la revolución de 2011." Saied, que comenzó un mandato presidencial de cinco años en 2019, dice que tomó las medidas "en virtud de las disposiciones de la Constitución para proteger al Estado de un peligro inminente."