Dos ONG han presentado una demanda en Francia contra funcionarios egipcios por crímenes contra la humanidad y contra funcionarios franceses por complicidad.
La denuncia es consecuencia de una investigación de la ONG Disclose, que el año pasado reveló una campaña sistemática de bombardeos contra civiles sospechosos de contrabando en el desierto occidental, en la frontera con Libia.
Los funcionarios franceses han sido acusados de complicidad por proporcionar información e inteligencia a las fuerzas armadas egipcias que les permitieron llevar a cabo los ataques durante la operación militar secreta y conjunta entre los dos países denominada Sirli.
En noviembre del año pasado, Disclose obtuvo cientos de documentos franceses que detallaban los abusos cometidos. Calculan que entre 2016 y 2018 el ejército francés podría haber participado en al menos 19 bombardeos contra civiles destruyendo varios vehículos y matando a varios cientos de personas.
Sirli se llevó a cabo desde una base militar dentro de la ciudad de Marsa Matruh, en la costa norte de Egipto, y se presentó como una operación antiterrorista para combatir la amenaza islamista procedente de Libia.
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Según Disclose, Egipto considera que los contrabandistas que operan aquí son una amenaza y han tenido dificultades para controlar el desierto occidental, por lo que pidió a Francia que proporcionara apoyo militar para controlar mejor la zona.
A pesar de que se estableció como una operación antiterrorista, los documentos clasificados mostraron que se produjeron abusos bajo la cobertura de la misión de inteligencia, incluyendo el suministro de información sobre lugares que más tarde condujeron a ejecuciones arbitrarias.
Según Disclose, la presidencia francesa fue notificada en repetidas ocasiones sobre estos crímenes de Estado.
Meses después del inicio de la operación, los soldados franceses advirtieron a sus comandantes que su operación no está dando resultados en la guerra contra el terrorismo y que la mayor parte de la búsqueda de actividad consiste en localizar a los contrabandistas para recogerlos y neutralizarlos o destruirlos.
En 2017, el director militar de Francia redactó un informe clasificado para el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Francia en el que afirmaba que la mayoría de las camionetas localizadas en el desierto egipcio no estaban relacionadas con grupos terroristas y que eran principalmente contrabandistas beduinos.
En una ocasión, la Inteligencia Militar francesa advirtió que un ataque fue realizado por un avión egipcio: "la presencia del Cessna armado es una prueba de que la Fuerza Aérea egipcia desea utilizar la información [compartida] con fines represivos contra los contrabandistas locales".