El primer ministro israelí, Yair Lapid, ha sido criticado duramente tanto por sus rivales como por sus aliados, incluidos los ministros del gobierno, por decir que apoya la solución de los dos Estados.
Según la ministra del Interior, Ayelet Shaked, en Twitter, el primer ministro no tiene "ninguna legitimidad pública para enredar a Israel con declaraciones que causan daño al país". El ministro de Justicia, Gideon Sa'ar, tuiteó: "Establecer un estado terrorista [sic] en Judea y Samaria [la Cisjordania ocupada] pondrá en peligro la seguridad de Israel". Mientras tanto, el ex primer ministro Naftali Bennett también tuiteó: "No hay lugar ni lógica en hacer flotar de nuevo la idea de un estado palestino... Incluso los verdaderos amigos de Israel no esperan que comprometamos nuestra seguridad. No hay ninguna razón para ofrecerse a hacerlo".
Trazando una línea completamente bajo el statu quo, Bennett insistió en que "no hay lugar para otro país entre Jordania y el Mar [Mediterráneo]".
En una reveladora declaración que ponía de manifiesto la total falta de confianza de Israel y la ingenuidad de los funcionarios de la Autoridad Palestina por seguir el juego y mantener la colaboración en materia de seguridad con el Estado de ocupación, el partido derechista Likud confirmó que el ex primer ministro Benjamín Netanyahu "consiguió mantener las cuestiones palestinas fuera de la agenda mundial durante años". Lapid, añadió el partido, "ha devuelto al presidente de la AP, Mahmud Abbas, al centro de la escena en menos de un año".El apoyo de Lapid a una solución de dos Estados, que la mayoría de la gente acepta que está muerta en el agua, fue desestimado como otro "truco de relaciones públicas" por la parlamentaria árabe Aida Touma-Sliman. "Mientras declara su apoyo a un Estado palestino en la escena mundial, en Israel está liderando el afianzamiento de la ocupación", señaló.
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