El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, sorprendió a los observadores tras ignorar la propuesta de autonomía marroquí para resolver la cuestión saharaui y concentrarse en las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el caso. En su discurso ante la 77ª sesión de la Asamblea General, dio un paso adelante en su cortejo a Argelia.
A última hora de la noche del jueves, el presidente del gobierno español dijo que su país apoya la solución política acordada entre las partes implicadas en el expediente del Sáhara Occidental, Marruecos y el Frente Polisario. Afirmó que su país apoya los esfuerzos del enviado especial del secretario general de Naciones Unidas en el conflicto, Staffan de Mistura. También destacó el apoyo a los refugiados saharauis en los campamentos de Tinduf.
Contrariamente a su anterior defensa de la propuesta de autonomía en su famosa carta enviada el 18 de marzo al rey marroquí Mohammed VI, esta vez, Sánchez no se refirió a esta propuesta, expresando en cambio su simpatía por los refugiados.
Los observadores se sorprendieron por el discurso del presidente del gobierno español sobre el Sáhara Occidental. La prensa española comentó ampliamente las declaraciones de Sánchez sobre la negligencia de la propuesta de autonomía. El periódico argelino Echorouk se preguntó si el primer ministro español se había retractado de su apoyo al principio de autonomía marroquí. El Frente Polisario comentó que Sánchez no podía defender la autonomía desde una plataforma de la ONU. Marruecos guardó silencio al respecto, y su prensa no emitió ninguna declaración.
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El discurso de Sánchez se considera un paso más en el acercamiento a Argelia después de que España sufriera grandes pérdidas económicas por el boicot argelino. Argelia retiró a su embajador de Madrid, lo destinó a París y frenó las importaciones españolas el pasado mes de junio.
La prensa nacional española informó de que, desde la decisión de Argelia de suspender las importaciones de España, Madrid perdió 235 millones de euros sólo en junio y julio, y las pérdidas pueden superar los 350 millones de euros si se cuenta agosto.
Sánchez pretende convencer a Argelia de que se reconcilie para evitar más pérdidas, ya que España ha perdido las exportaciones adicionales de gas que adquirieron Francia e Italia. La empresa argelina Sonatrach pretende subir el precio del gas entre un 50% y un 100%. Al mismo tiempo, España no quiere perder su posición como principal cliente de gas argelino.