El Aqsa Working Group condenó ayer la reciente celebración del Año Nuevo Judío en las mezquitas de Al-Aqsa e Ibrahimi. Las actividades llevadas a cabo entre el 25 y el 27 de septiembre desencadenaron disturbios generalizados en la Cisjordania ocupada.
La declaración decía que las celebraciones y los rituales constituían un acoso deliberado, blasfemia y terrorismo contra la santidad de las mezquitas.
El grupo advirtió que, si no se controlan, estas "acciones provocadoras" pueden desencadenar un conflicto religioso.
Añadió que la celebración del Año Nuevo judío en las mezquitas pone de manifiesto "que los sionistas no tienen en absoluto ninguna buena intención de construir la paz en la región y en el mundo".
El grupo llamó a los musulmanes de todo el mundo a responder a la agresión sionista con medidas concretas. "Mantener las dos nobles mezquitas es responsabilidad de todos los musulmanes, no sólo de los musulmanes de Palestina", decía la declaración.