Durante décadas, la comunidad internacional ha tratado de presentar a la Cisjordania ocupada como algo distinto de Gaza, centrándose en la Autoridad Palestina en términos de diplomacia, y mostrando a Ramallah como un ejemplo de prosperidad. La violencia colonial de Israel en la Cisjordania ocupada y la "sagrada" colaboración en materia de seguridad de la AP para oprimir a los palestinos no se ajustan a esta narrativa. Tampoco conviene a los patrocinadores financieros de la AP hablar de que los palestinos de Cisjordania y Jerusalén también participan activamente en la legítima resistencia anticolonial, tanto contra la AP como contra Israel.
La verdad es que, aunque las experiencias de los palestinos en Gaza difieren de las de los palestinos bajo la AP en la Cisjordania ocupada, la violencia colonial es una realidad en todos los territorios palestinos ocupados e Israel tiene el poder de aplicar medidas que pueden equiparar a ambos en términos de violencia, porque goza de una impunidad internacional sin parangón.
A pesar de los esfuerzos de Israel y de la AP, sobre todo teniendo en cuenta la insistencia de Washington en que esta última se refuerce para evitar la posibilidad de que Hamás gane terreno políticamente, el pueblo palestino ha recuperado su lucha anticolonial frente a la manipulación de las facciones políticas. Los campos de refugiados, en particular, han dado muestras de unidad en la resistencia, lo que ha llevado a Israel a aprobar el uso de aviones no tripulados durante las incursiones del ejército israelí, con lo que los asesinatos selectivos de palestinos son otra violación ante la que la comunidad internacional pronto hará la vista gorda.
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Según informan los medios de comunicación israelíes, los drones se utilizarán ahora "no sólo como cobertura e inteligencia para las fuerzas durante las operaciones, sino también para llevar a cabo ataques en caso de que se identifique a hombres armados que supongan una amenaza inminente para sus tropas". Los asesinatos selectivos de palestinos son, pues, los próximos crímenes israelíes que se normalizarán.
Tanto Israel como la AP han intentado descartar a los refugiados palestinos por considerarlos irrelevantes. Para Israel, los refugiados representan una alteración demográfica absoluta si alguna vez se aplica su legítimo derecho al retorno. Durante la administración Trump, Israel trató de cambiar la definición de quién constituye un refugiado palestino hasta el punto de eliminarlos por completo. La AP, por su parte, ha descartado a los refugiados palestinos y el derecho al retorno como referencias simbólicas en su retórica, al tiempo que ha eliminado su relevancia para la formación de un Estado palestino diluyendo el ya comprometido derecho al retorno, y no tiene ningún problema aparente con el colonialismo sionista.
La lucha anticolonial palestina ha ido avanzando hacia sus raíces, reconociendo la fuerza dentro de las comunidades sobre el terreno y uniéndose con un objetivo común. La aparición de nuevas brigadas que no están afiliadas a facciones políticas es también una prueba de los cambios que están mostrando los palestinos. La desconfianza en la AP, debida en gran medida a que sus servicios de seguridad llevan a cabo purgas dentro de la Cisjordania ocupada en beneficio de Israel y del líder de la AP, Mahmud Abbas, ha impulsado a los palestinos a reclamar no sólo su narrativa, sino también su expresión política.
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La ampliación no sólo del uso de aviones no tripulados, sino también de los asesinatos selectivos de palestinos, debería llevarnos a todos a cuestionar a Israel y a sus cómplices, incluida la AP. Hace apenas unos meses, un francotirador israelí asesinó a la periodista palestina estadounidense Shireen Abu Akleh, que no suponía ninguna amenaza para el ejército israelí en el momento de su asesinato. La ausencia de contacto sobre el terreno en la nueva página de agresión de Israel contra los palestinos llevará los asesinatos selectivos como el de Akleh a un nuevo nivel. En el pasado, este tipo de asesinatos eran noticia por la implicación de la agencia de seguridad interna de Israel, el Shin Bet. El plan israelí de normalizar este tipo de violencia dentro de los territorios palestinos ocupados utilizando la última tecnología está subiendo la apuesta contra los refugiados palestinos, al tiempo que amplía los límites de lo que constituye una violencia normalizada y aceptable, siempre y cuando los palestinos sean las víctimas.
Tenemos que preguntar tanto a la AP como a la comunidad internacional por qué siguen hablando de una "solución de dos Estados", incluso mientras Israel intenta facilitar aún más la matanza de palestinos. ¿Por qué no hablan de proteger a los palestinos de la brutal ocupación militar de Israel y de su derecho a resistirse a ella?
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