El ministro yemení de Asuntos Exteriores, Ahmed Awad Bin Mubarak, dijo que el gobierno está dispuesto a renovar el acuerdo de alto el fuego con el grupo Houthi, y a resolver abiertamente todos los problemas a través del diálogo, informó la agencia de noticias Anadolu.
En una conferencia de prensa en la embajada de Yemen en la capital marroquí, Rabat, Bin Mubarak dijo ayer: "Nuestra posición es clara. Apoyamos la paz y estamos dispuestos a renovar la tregua porque creemos que es un espacio para el pueblo yemení que debe desarrollarse", añadiendo que los Houthis quieren la guerra porque se benefician económicamente de ella.
Pidió a la comunidad internacional que ponga fin a la guerra en Yemen.
"Hay un interés estratégico en la región y en el mundo en poner fin a este golpe y restaurar el papel del Estado yemení para que sea eficaz dentro de su vecindad", continuó, señalando que todas las declaraciones emitidas tras el fracaso de las conversaciones para ampliar el alto el fuego habían sido claras en cuanto a que la principal parte que obstruye los esfuerzos de paz es el grupo Houthi.
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"La declaración del enviado de la ONU a Yemen, Hans Grundberg, en la que anunció el fracaso de la renovación del alto el fuego, dejó claro que el gobierno yemení era una parte positiva y cooperativa", dijo Bin Mubarak, y añadió que la Unión Europea, Estados Unidos, el mundo árabe y todo el mundo lo atestiguan.
No hubo comentarios inmediatos del grupo Houthi sobre las declaraciones del ministro.
El lunes se reanudaron los combates entre las fuerzas gubernamentales y el grupo Houthi en el sur del país, días después del fin de la tregua y del fracaso de los esfuerzos de las Naciones Unidas por alcanzar un acuerdo para prorrogarla.
La tregua comenzó el 2 de abril y se prorrogó dos veces por dos meses, pero la segunda prórroga terminó el 2 de octubre.
El empobrecido Yemen se ha visto acosado por la violencia y el caos desde 2014, cuando los houthis invadieron gran parte del país, incluida la capital, Saná. La crisis se agravó en 2015, cuando una coalición militar liderada por Arabia Saudí lanzó una devastadora campaña aérea destinada a hacer retroceder las ganancias territoriales de los Houthi.
La guerra, en la que Estados Unidos (EEUU) y el Reino Unido (RU) respaldan a la coalición liderada por Arabia Saudí, se ha cobrado la vida de más de 377.000 yemeníes y ha dejado al 80% de la población -unos 30 millones de personas- dependiendo de la ayuda para sobrevivir, según datos de la ONU.