Documentos del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí recientemente desclasificados revelan los profundos vínculos militares israelíes con Birmania, ahora conocida como Myanmar, y su importante papel en la brutal masacre contra los musulmanes rohingya.
Según un informe publicado ayer por Haaretz, las 25.000 páginas de documentos detallan cómo el régimen israelí armó y entrenó al ejército birmano, desde los años 50 hasta principios de los 80.
Desde el final de la dominación británica en Myanmar en 1948, diferentes partes del país se han visto sacudidas por una incesante guerra civil.
A pesar de que las autoridades israelíes eran muy conscientes de la situación, Israel percibió la mortífera guerra civil en Birmania como una "oportunidad de oro" para aumentar sus ventas de armas a este país.
Un telegrama enviado al Primer Ministro, David Ben-Gurion, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores en septiembre de 1952 afirmaba que la guerra civil en Birmania se había cobrado 30.000 víctimas hasta la fecha y que "el 55% del presupuesto estatal se destina hasta hoy a fines de defensa".
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Sin embargo, los documentos revelan que uno de los principales objetivos de Israel era conseguir el apoyo birmano en los foros internacionales, a cambio de su apoyo armamentístico, informó Haaretz.
"A los sucesivos regímenes israelíes no les interesaba que la ayuda militar no se destinara a la defensa contra enemigos externos, sino que se utilizara para hacer la guerra contra los habitantes del país", señaló el informe, y añadió que ningún representante israelí expresó nunca objeciones a la venta de armas a Myanmar en ese período.
En marzo de 1954, el Director General del Ministerio de Asuntos Exteriores, Walter Eytan, escribió al Jefe del Estado Mayor de las FDI, Moshe Dayan: "Birmania es el amigo más fiel de Israel en Asia, y los lazos entre el ejército israelí y el birmano podrían ser extremadamente vitales, al menos diplomáticamente".
Y añadió: "Estoy obligado a decir que, con el estado actual de las relaciones entre Israel y Birmania, no es posible, de hecho, rechazar la petición del ejército birmano".
El acuerdo entre los dos regímenes consistía en 30 aviones de combate, cientos de miles de municiones, 1.500 bombas de napalm, 30.000 cañones de fusil, miles de proyectiles de mortero y mucho más equipo militar, desde tiendas de campaña para exploradores hasta equipo de paracaidismo.
Además, docenas de expertos israelíes fueron enviados a Birmania en misiones de entrenamiento, y oficiales del ejército birmano acudieron a Israel para recibir una amplia instrucción en las bases de las FDI. En cooperación con el ejército birmano, Israel también estableció allí empresas de transporte, agricultura, turismo y construcción.
Además, los birmanos se inspiran para seguir los pasos de Israel en cuanto a la invasión y el acaparamiento de tierras, por lo que también han establecido bases militares en regiones habitadas por minorías étnicas.
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"Estamos interesados en establecer una conexión entre nuestro Mossad y el Mossad birmano", escribió en enero de 1982 Kalman Anner, entonces director de la Oficina de Asia, después de que el régimen israelí viera en la limpieza étnica del pueblo rohingya una oportunidad.
Desde el 25 de agosto de 2017, casi 24.000 musulmanes rohingya han sido asesinados por las fuerzas del Estado de Myanmar, mientras que más de 34.000 han sido arrojados a los incendios; más de 114.000 han sido golpeados; hasta 18.000 mujeres y niñas han sido violadas y más de 115.000 hogares han sido incendiados, según un informe de la Agencia de Desarrollo Internacional de Ontario (OIDA).
Sin embargo, sólo después de las críticas públicas, el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí anunció, en julio de 2019, que Myanmar ya no podría enviar representantes a las exposiciones de armas en Israel.