Al menos 100 palestinos han sido asesinados en la Cisjordania ocupada y Jerusalén Este este año, en medio de un aumento masivo de las incursiones militares israelíes, según las cifras recopiladas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Esto significa que este año va camino de convertirse en el más mortífero para los palestinos en Cisjordania desde 2015, según la ONU.
Tor Wennesland, coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, ha declarado que "desde principios de año, al menos 100 palestinos, incluidos niños, han sido asesinados, en medio de un aumento significativo de las operaciones militares israelíes en la Cisjordania ocupada, incluida la zona A".
"La escalada de violencia en la Cisjordania ocupada está alimentando un clima de miedo, odio e ira. Es necesario reducir las tensiones de inmediato, para abrir espacio a iniciativas decisivas encaminadas a crear un horizonte político viable", advirtió Wennesland.
Las cifras de la ONU llegan después de que soldados israelíes mataran a tiros a cuatro adolescentes palestinos durante una redada militar en la Cisjordania ocupada, tras las celebraciones del Yom Kippur.
Tres de las víctimas eran menores de 18 años, entre ellos Mahdi Ladadweh, de 17 años, que fue abatido por las fuerzas israelíes cerca de Ramala, Adel Daud, de 14 años, muerto cerca del muro de separación ilegal, y otros dos, de 17 y 19 años, que murieron en una redada militar israelí en el campo de refugiados de Yenín.
Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores palestino calificó las muertes de "ejecuciones".
"La fragilidad de la situación subraya la urgencia de cambiar la dinámica sobre el terreno, al tiempo que se abordan las cuestiones políticas y de seguridad subyacentes que alimentan la actual inestabilidad", añadió el enviado de la ONU.
El ejército israelí lleva a cabo con frecuencia amplias campañas de detenciones en los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén Este con el pretexto de buscar a palestinos "buscados".
Las redadas nocturnas del ejército israelí son una práctica casi diaria en la Cisjordania ocupada. Israel alega que son imprescindibles para los servicios de inteligencia, pero los grupos de derechos humanos han criticado esta práctica, insistiendo en que el objetivo es oprimir e intimidar a la población palestina y aumentar el control del Estado.
Al igual que los puestos de control militar y el ilegal muro de separación, insisten los críticos, las redadas forman parte del ADN del Estado de apartheid.
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