El presidente del Parlamento tunecino y líder de Ennahda, Rached Ghannouchi, ha declarado que el presidente Kais Saied ha perdido toda la base de su legitimidad. "Saied no tiene nada de lo que depender en su gobierno", dijo Ghannouchi a la emisora kuwaití Al-Mujtamaa. "Con su golpe contra la democracia, ha perdido toda la legitimidad que tenía".
El veterano político cree que el referéndum de julio representó la prueba definitiva de que Saied está aislado del pueblo tunecino y que su popularidad ha disminuido. En parte, esto se debe a la burocracia estatal y a sus herramientas coercitivas introducidas después de que ganara unas elecciones libres y democráticas y, a pesar de jurar sobre el Corán que lo protegería, se volvió contra la Constitución.
El presidente tunecino violó el proceso democrático el 25 de julio del año pasado e impuso sus "medidas excepcionales". Éstas incluían la destitución del primer ministro Hichem Mechichi y de su gobierno y la congelación del trabajo del parlamento. Sus opositores políticos lo consideraron un golpe de Estado contra la Constitución.
Según Ghannouchi, el golpe de Saied formaba parte de los repetidos intentos del antiguo régimen de restaurar el régimen autoritario. Tales esfuerzos han sido constantes desde el derrocamiento de Zine El Abidine Ben Ali en 2011.
El líder de Ennahda reconoció que Túnez sufría antes de que se impusieran las medidas de Saied. "Sin embargo, sufría una crisis que tenía una posible solución. Hoy, sin embargo, Túnez sufre un desastre que no tiene solución, y mediante el colapso y el caos se está transformando en un Estado fallido."
Acusó a Saied de no haber hecho frente a la corrupción ni a la crisis económica. El manejo de la corrupción por parte de Saied, argumentó, no fue más que vagos eslóganes, mientras que su régimen estaba involucrado directamente en encubrirla.
Saied tampoco logró mejorar la situación económica, dijo Ghannouchi, ni sus efectos en la sociedad. La crisis se ha convertido en un desastre como el que el pueblo tunecino no había conocido "desde la Segunda Guerra Mundial": el valor del dinar tunecino se ha deteriorado y los productos básicos han desaparecido de los mercados o han duplicado su coste. "La situación ahora es probable que se deteriore aún más", añadió.
Ennahda es un partido de la sociedad civil, señaló Ghannouchi. No tiene forma de resistir al golpe y a la tiranía si no es a través de la acción pacífica dentro de la sociedad civil, de forma que se preserve al país del caos y se preserve la vida y el honor de las personas. En cuanto a las relaciones del movimiento con otros grupos políticos, explicó que algunas élites políticas siguen "empeñadas en su hostilidad" hacia Ennahda y su derecho a la participación política. "Estas élites no se beneficiaron de los frutos de la democracia, por lo que no ven nada bueno en la democracia mientras exista un movimiento genuino al que no lograron derrotar democráticamente. Prefieren deshacerse de Ennahda antes que resistir a la tiranía".
El presidente sugirió que es necesario comprender los temores sobre la democracia y abordar los defectos que marginan a las figuras patrióticas. Subrayó que Ennahda está dispuesta a concluir acuerdos con ellos que permitan al país alcanzar una democracia fuerte, productiva e integrada que preserve a los demócratas y reconozca los esfuerzos de quienes luchan por la libertad, la justicia y la dignidad del pueblo tunecino. Esto, concluyó, sólo puede lograrse ampliando el diálogo, el consenso, la solidaridad y la armonía.
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