Es probable que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, frene cualquier nueva venta de armas a Arabia Saudí, en medio de la actual disputa con el Reino por los recortes en la producción de petróleo, dijo el viernes un senador influyente, informa la Agencia de Noticias Anadolu.
"Creo que tanto la administración como el Senado tomarán medidas, y una de las más probables es detener cualquier venta de armas en el futuro", dijo a la CNN el senador Chris Coons, miembro de las comisiones de Relaciones Exteriores y de Asignaciones del Senado, durante una entrevista televisada.
Los comentarios se producen en un momento en el que la administración de Biden y los demócratas del Congreso siguen intensificando su guerra de palabras con Riad después de que Arabia Saudí respaldara un recorte de la producción de 2 millones de barriles diarios.
Biden ha dicho que su administración emprenderá una revisión de la relación bilateral, mientras sus altos funcionarios han advertido que están examinando qué consecuencias imponer.
La Casa Blanca denunció el jueves que no sólo los funcionarios saudíes prestaron su apoyo a la medida, sino que trabajaron entre bastidores como presidente de la OPEP+ para presionar a otros Estados miembros para que votaran a favor de la propuesta.
La decisión de reducir la producción de petróleo ha disparado los precios del crudo y equivale a un "apoyo moral y militar" a la actual guerra de Rusia contra Ucrania, sostuvo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.
"El país que más se beneficia de este recorte de 2 millones de barriles es Rusia, porque se reduce a la oferta y la demanda, y Rusia obviamente quiere mantener la oferta baja para que la demanda haga subir el precio", dijo. "Hemos sido, creo, muy francos y muy claros sobre nuestra preocupación por esta decisión lamentable y miope".
El petróleo ha seguido siendo un importante salvavidas para el Kremlin, mientras presiona su invasión de Ucrania desafiando la presión económica y diplomática de Estados Unidos y sus aliados.
El recorte también se produce justo un mes antes de que se celebren las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, en las que los demócratas corren el riesgo de perder al menos una cámara del Congreso. El aumento de los precios del gas en un momento de inflación galopante en EE.UU. puede socavar sus perspectivas electorales.