Un diplomático israelí ha atacado a Arabia Saudí por su decisión de recortar la producción de petróleo y por su "insulto público" a Estados Unidos, criticándolo por ser un "aliado poco fiable".
El diplomático israelí Alon Pinkas, que fue cónsul en Nueva York, explicó en un artículo publicado en el periódico israelí Haaretz que se necesitaron 20 años de discusiones sobre la cuestión de la floja alianza con Arabia Saudí para llegar a la conclusión de que "el Golfo no es un aliado fiable y de confianza".
Pinkas afirmó que un aliado que se opone a tu política exterior y financia a la oposición, te arrastra por la fuerza a una confrontación regional armada que él mismo lanzó (la guerra de Yemen), que coopera abiertamente con tu mayor enemigo en un momento en el que hay una confrontación directa contigo (el presidente ruso Vladimir Putin y la guerra de Ucrania), que desafía tus demandas explícitas de aumentar y reducir la extracción de petróleo y que te invita a una conferencia en Jeddah para insultarte públicamente (la decisión de la OPEP+ de reducir la extracción de petróleo) no es un "aliado fiable".
Pinkas señaló que Washington debería agradecer a Arabia Saudí el momento de total claridad, ya que declaró claramente que no es un aliado de Estados Unidos. Según él, habrá quienes en Washington adviertan de una respuesta excesiva y de represalia por parte de EE.UU. y quienes expliquen que el importante peso geopolítico de Arabia Saudí expiró hace tres décadas. Pinkas también expresó que algunos consideran al príncipe heredero Mohammed Bin Salman un político inteligente que calcula las inversiones políticas y dirige su país fuera del sistema solar de EEUU. Pinkas indicó que el denominador común entre todos estos argumentos es la negación de la simple realidad de que esta alianza desequilibrada se acerca a su fin.
Pinkas advirtió: "la respuesta a la pregunta: ¿Hasta qué punto la decisión de Arabia Saudí y Rusia de reducir la extracción de petróleo es el punto de inflexión en la geopolítica de Oriente Medio? Se basa en el tipo y la magnitud de la respuesta del presidente estadounidense Joe Biden y su tendencia es clara, una reevaluación crítica de las relaciones y una reducción del nivel de seguridad y cooperación política. El alcance y la duración de esta decisión determinarán el nivel de las relaciones, pero no se puede subestimar la importancia de los acontecimientos de la semana pasada".
Señaló: "el proceso por el que Estados Unidos prometió reevaluar las relaciones ha estado en marcha al menos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, y gracias a los combustibles de esquisto y a la innovadora tecnología de perforación, en 2001 Arabia Saudí pasó de ser un activo estratégico a una carga para la seguridad."
"Los políticos estadounidenses, incluidos los candidatos a la presidencia, siempre han tenido la tendencia a amenazar abiertamente a Arabia Saudí, para luego desaparecer después de una sesión informativa de inteligencia en la que los jefes de los servicios de seguridad de Estados Unidos explican el alcance de la cooperación en materia de inteligencia entre ambos países. Parece que recientemente este fenómeno ha llegado a su fin, y salvo el sagrado enfado por la hipocresía saudí, y la negación del favor por parte del Estado que le puso un paraguas de seguridad, el enfado por la cooperación con Putin y la provocadora humillación por la decisión de la OPEP +, escuché propuestas concretas en el Congreso, y el presidente estadounidense anunció que las examinaría positivamente", concluyó Pinkas.
LEER: Kuwait reitera su posición de poner fin a la ocupación israelí en todas las tierras palestinas