El presidente de Egipto, Abdel Fattah Al-Sisi, ha hecho un llamamiento a los empresarios locales para que ayuden a contrarrestar el aumento de los precios mundiales provocado por la invasión rusa de Ucrania.
"Egipto os necesita", dijo el dictador a más de 20 empresarios en un vídeo publicado por el Gobierno y recogido por el National. "Necesitamos vuestros esfuerzos. También necesitamos vuestro éxito".
"Con toda modestia, el país ya es capaz de despegar. Lo que queda es que nos unamos. Estamos en el mismo barco".
Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania en febrero, Egipto ha perdido unos 20.000 millones de dólares en divisas.
La industria turística egipcia, que representa alrededor del 15% del PIB del país, se está tambaleando por el impacto de la guerra, ya que los ucranianos y los rusos estaban entre los principales visitantes de la ciudad turística de Sharm El-Sheikh, en el Mar Rojo.
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Esto ha agravado los efectos de la crisis del coronavirus, que también golpeó duramente al sector turístico, dejándolo con poco tiempo para recuperarse.
A esto se suma el aumento de los costes de importación, que llevó al gobierno a imponer restricciones a las importaciones procedentes del extranjero, dejando al país con una grave escasez de electrodomésticos, muebles y madera.
Las mercancías están atascadas en los puertos de todo el país hasta que los bancos puedan garantizar su liberación con dólares, incluida la comida para los polluelos, lo que llevó a un sacrificio masivo por parte de los avicultores a principios de esta semana, que dijeron que se vieron obligados a hacerlo al no tener nada con qué alimentarlos.
El gobierno ha sido criticado por haber invertido dinero en "proyectos de vanidad", sobre todo en la Nueva Capital Administrativa, por la que los egipcios de a pie han visto poco rendimiento.
En el pasado, Egipto ha atacado a empresarios por resistirse a las exigencias de la agencia de seguridad, entre ellos el fundador del fabricante de zumos Juhayna, que se negó a entregar los activos de la empresa. Su hijo también fue detenido y recluido en régimen de aislamiento, y se supo que los funcionarios de seguridad habían exigido que cedieran el control de los activos de Juhayna.
Un importante empresario del sector de la construcción afirmó que el Estado egipcio le había incluido en una lista de terroristas y le había sustraído cerca de un millón de dólares de sus activos.
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