Por décimo día consecutivo, la ciudad palestina de Nablus, en el norte de la Cisjordania ocupada, ha estado bajo un estricto asedio impuesto por el ejército de ocupación israelí tras el asesinato de un soldado cerca de un asentamiento ilegal.
Las fuerzas de ocupación han cerrado todas las entradas a la ciudad con montículos de tierra y puertas de hierro, lo que ha obligado a los residentes a buscar nuevas formas de salir de la ciudad, que llevan tres horas o más.
Un conductor de vehículos de carga de Nablús, Murad Abdullah, dijo a Anadolu que la situación es similar al cierre que sufrió la ciudad durante la Segunda Intifada en el año 2000.
Israel is strangling Nablus. 171,000 people locked down. pic.twitter.com/LaOf3mlRm7
— Rohan Talbot (@rohantalbot) October 18, 2022
"El ejército israelí cerró todas las entradas y estableció puestos de control militar en los alrededores de la ciudad", añadió.
La Universidad Nacional An-Najah de Nablus cambió sus clases a través de Internet como consecuencia de los cierres.
Los mercados de la ciudad, antaño vibrantes, están ahora casi vacíos.
El ciudadano palestino Muhammad Abu Shammar dijo que los crímenes de Israel contra el pueblo palestino van en aumento e incluyen asesinatos, robo de tierras, expansión de asentamientos e incursiones en la mezquita de Al-Aqsa.
"Israel es el principal responsable de cualquier escalada. Los palestinos están defendiendo la ciudad", dijo, al tiempo que subrayó que "el asedio no romperá la voluntad de los residentes de la ciudad".
En un intento de hacer frente a la ocupación israelí, el coordinador de las fuerzas nacionales en la gobernación de Naplusa, Nasr Abu Jaish, anunció una iniciativa comunitaria, en colaboración con instituciones civiles y gubernamentales y universidades, para romper el asedio israelí.
"Invitamos a todas las facciones e instituciones civiles a marchar hacia todos los puestos de control militar para poner fin al asedio", dijo Abu Jaish a Anadolu.
"En los próximos días, empezaremos a llevar a cabo marchas pacíficas", añadió, y pidió a los palestinos de otras gobernaciones que acudan a Naplusa para asediar a las fuerzas de ocupación.
La semana pasada, el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, dijo que las ciudades de Naplusa y Yenín, en el norte de Cisjordania, suponían un "gran desafío" para su ejército.
"Aunque las fuerzas de seguridad han tomado el control de la situación, sigue siendo un periodo muy tenso", dijo Gantz en una entrevista con el sitio web Ynet.