El parlamento libanés no pudo elegir un presidente por tercera vez el jueves, acercando al país a un punto muerto institucional en medio de una profunda crisis financiera, informa Reuters.
El mandato del presidente saliente, Michel Aoun, finaliza el 31 de octubre y sigue habiendo divisiones entre los bloques políticos sobre la composición de un nuevo gabinete.
Líbano lleva sin un gobierno plenamente operativo desde mayo. La presidencia ha quedado vacante varias veces desde la Guerra Civil de 1975-90.
El colapso financiero del Líbano ha hundido la moneda en más de un 90%, ha extendido la pobreza, ha paralizado el sistema financiero y ha congelado los ahorros de los depositantes en la crisis más desestabilizadora desde la guerra civil del país.
Un total de 119 de los 128 parlamentarios se reunieron el jueves durante media hora. Las normas electorales exigen un quórum de dos tercios, lo que significa que ningún partido o alianza puede imponer su elección.
La primera vuelta requiere dos tercios de los votos para ganar. Si eso falla, basta con la mayoría absoluta de los votos.
En la sesión del jueves hubo 55 votos en blanco, 42 para el legislador anti-Hezbolá, Michel Mouawad, y el resto de las papeletas incluían votos dispersos para lemas políticos. Un voto fue para un "dictador benévolo".
El presidente del Parlamento, Nabih Berri, ha fijado la próxima sesión para el 24 de octubre.
Anticipándose a un nuevo vacío en la cúpula del poder, los políticos han intensificado sus esfuerzos para acordar un nuevo gabinete dirigido por el primer ministro musulmán suní, Najib Mikati -que actualmente ejerce como interino-, al que podrían pasar los poderes presidenciales.
Esto podría dejar al país sin presidente y con un gabinete provisional.
Las potencias extranjeras, entre ellas Estados Unidos y la Unión Europea, han instado a que se celebren elecciones presidenciales a tiempo.
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