Los presidentes libanés y sirio discutieron el sábado la delimitación de la frontera marítima que comparten sus países antes de la visita a Damasco la próxima semana de una delegación libanesa encargada de negociar la cuestión, informó un funcionario libanés, informa Reuters.
La disputa sobre la frontera marítima compartida surgió el año pasado después de que Siria concediera una licencia a una empresa energética rusa para iniciar la exploración marítima en una zona que Líbano reclama. Se han realizado varios descubrimientos de gas en el Mediterráneo oriental.
El presidente libanés, Michel Aoun, dijo anteriormente que la demarcación de la frontera sería lo siguiente después de que Líbano aceptara su frontera marítima meridional con su viejo enemigo Israel tras años de conversaciones indirectas mediadas por Estados Unidos.
Aoun dijo al presidente sirio, Bashar al-Assad, que Líbano estaba dispuesto a "comenzar las negociaciones con Siria para delimitar su frontera marítima del norte", dijo el funcionario libanés a Reuters tras las conversaciones del sábado.
Aoun encargó entonces a Elias Bou Saab, el vicepresidente del Parlamento que negoció en nombre del Líbano en las conversaciones indirectas sobre la frontera con Israel, que encabezara una delegación a Damasco la próxima semana para iniciar las conversaciones, dijo el funcionario.
La delegación incluirá a los ministros libaneses de Asuntos Exteriores y de Transporte, así como al jefe de la Agencia de Seguridad General, Abbas Ibrahim, añadió el funcionario.
La radio siria Sham FM informó de que aún no se habían discutido los detalles de la delimitación y que Assad propuso mantener conversaciones directas a través de los ministerios de Asuntos Exteriores de ambos países.
Los dos líderes discutieron la delimitación el año pasado.
El mandato de Aoun como presidente del Líbano, sumido en una profunda crisis política y económica, finaliza el 31 de octubre. En tres sesiones parlamentarias no se ha logrado elegir a un sucesor.
Assad se aseguró otro mandato de siete años el año pasado en unas elecciones que la oposición siria y Occidente calificaron de farsa. La votación se celebró después de que el gobierno recuperara el control de gran parte del territorio perdido por los opositores en un conflicto que estalló en 2011.