Nueva Zelanda anunció el lunes la suspensión de su diálogo bilateral sobre derechos humanos con Irán tras las recientes protestas, informa Anadolu News Agency.
En un comunicado, la ministra de Asuntos Exteriores, Nanaia Mahuta, dijo que su país ha tomado la decisión tras los recientes acontecimientos que mostraron que la posición de Irán en materia de derechos humanos se está deteriorando, no mejorando.
"Esta decisión envía una fuerte señal de que los enfoques bilaterales en materia de derechos humanos ya no son sostenibles con Irán, cuando están negando los derechos humanos básicos y reprimiendo violentamente las protestas de quienes se enfrentan a ellos", dijo Mahuta.
"Nueva Zelanda e Irán establecieron el diálogo sobre derechos humanos en 2018 con la esperanza de avanzar en cuestiones y preocupaciones de derechos humanos. La primera sesión se celebró en 2021 y la siguiente debía tener lugar a finales de este año", añadió.
La semana pasada, Nueva Zelanda también instó a sus ciudadanos a abandonar Irán, ya que las protestas continúan en todo el país y varios ciudadanos extranjeros han sido detenidos.
"Nueva Zelanda sigue consternada por el uso de la fuerza por parte de las autoridades iraníes en respuesta a las manifestaciones pacíficas que siguieron a la muerte de Mahsa Amini el mes pasado", declaró el máximo diplomático neozelandés.
Anteriormente, la primera ministra, Jacinda Ardern, también firmó una carta abierta coordinada por un colectivo mundial de mujeres, entre las que se encuentran Michelle Obama, Hillary Clinton, Christine Lagarde y Malala Yousafzai, en la que se pide a los Estados miembros de la ONU que retiren a Irán de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU, según Mahuta.
Irán se encuentra en medio de protestas masivas tras la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, bajo custodia policial el mes pasado.
Amini murió el 16 de septiembre en circunstancias misteriosas, tras ser detenida por la policía de la moral en Teherán por violar supuestamente el código de vestimenta islámico de Irán.
Las autoridades iraníes han intentado atribuir la muerte de la joven a un ataque al corazón que sufrió mientras estaba detenida, pero esta explicación no ha sido aceptada por los manifestantes ni por su familia, que afirman que fue brutalmente golpeada hasta la muerte.
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