El recuento casi final de los votos mostró el jueves que el ex primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se encamina a la reelección con una clara mayoría parlamentaria, impulsado por los ultranacionalistas que quieren medidas más duras contra los palestinos, informa Reuters.
En los últimos episodios de violencia, las fuerzas israelíes mataron a tres palestinos, entre ellos un miembro de la Yihad Islámica en la Cisjordania ocupada y un hombre de Jerusalén que, según la policía, había apuñalado a un agente.
La votación del martes dejó fuera al titular centrista, Yair Lapid, y a su rara alianza de conservadores, liberales y políticos árabes que, durante 18 meses en el poder, había hecho incursiones diplomáticas con Turquía y Líbano y había mantenido la economía en marcha.
Pero, con el conflicto con los palestinos en auge y las tensiones judeo-árabes dentro de Israel, el Likud de Netanyahu y sus partidos afines se hicieron con 65 de los 120 escaños de la Knesset, según el recuento de votos que concluirá el jueves.
"Ha llegado el momento de imponer el orden aquí. Ha llegado el momento de que haya un propietario", tuiteó Itamar Ben-Gvir, del partido de extrema derecha Sionismo Religioso, probable socio principal del Likud.
Respondía así al apuñalamiento denunciado por la policía de Jerusalén. En Cisjordania, las tropas mataron a un miembro de la Yihad Islámica y a un hombre de 45 años en un incidente separado, dijeron los médicos. Preguntado por esta última muerte, el ejército dijo que abrió fuego cuando los palestinos les atacaron con piedras y cócteles molotov.
Ben-Gvir, colono de Cisjordania y antiguo miembro de Kach, un grupo militante judío que figura en las listas de terroristas de Israel y Estados Unidos, quiere ser ministro de policía.
Los medios de comunicación israelíes, citando fuentes políticas, dijeron que el nuevo gobierno podría estar cerrado a mediados de mes. Las coaliciones anteriores de los últimos años han tenido mayorías parlamentarias más estrechas que las hacían vulnerables a las mociones de censura.
Dado que Netanyahu aún no ha sido confirmado oficialmente como primer ministro, todavía no está claro qué posición podría ocupar Ben-Gvir en un futuro gobierno. Desde las elecciones, ambos se han comprometido a servir a todos los ciudadanos.
Pero el ascenso de Ben-Gvir ha despertado la alarma entre el 21% de la minoría árabe y los judíos de centro-izquierda, y especialmente entre los palestinos, cuyas conversaciones con Israel para la creación de un Estado, patrocinadas por Estados Unidos, se rompieron en 2014.
Aunque Washington se ha reservado públicamente su juicio a la espera de la formación de la nueva coalición israelí, un portavoz del Departamento de Estado ha subrayado este miércoles los "valores compartidos" de los países.
"Esperamos que todos los funcionarios del gobierno israelí sigan compartiendo los valores de una sociedad abierta y democrática, incluyendo la tolerancia y el respeto a todos en la sociedad civil, en particular a los grupos minoritarios", dijo el portavoz.
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