El Comandante de las Fuerzas Terrestres del Ejército de Irán dijo, el miércoles, que los "alborotadores" no tendrían lugar en la República Islámica si el Líder Supremo del país, el ayatolá Alí Jamenei, ordenara una represión más dura de las protestas en todo el país, informó la agencia de noticias semioficial Mehr, informa Reuters.
"... si decide ocuparse de ellos, los alborotadores ya no tendrán cabida en el país", dijo el general de brigada Kiumars Heydari.
Las manifestaciones antigubernamentales estallaron en septiembre tras la muerte de una mujer kurda, Mahsa Amini, que había sido detenida por la policía de la moralidad por haber incumplido supuestamente el estricto código de vestimenta impuesto por la República Islámica a las mujeres.
Las protestas se convirtieron rápidamente en una revuelta popular, en la que participaron desde estudiantes hasta médicos, abogados, trabajadores y deportistas.
Heydari hablaba 40 días después del derramamiento de sangre en la ciudad de Zahedan, de mayoría suní, que se ha convertido en un punto álgido de las protestas.
Amnistía Internacional afirmó que las fuerzas de seguridad mataron allí al menos a 66 personas el 30 de septiembre. Las autoridades de Zahedan despidieron al jefe de policía y al director de una comisaría cercana al lugar de los asesinatos.
Disturbios étnicos
Irán ha ejecutado a dos militantes baluches condenados por cargos de "terrorismo" que se remontan a alrededor de 2016, informó el miércoles la agencia de noticias semioficial ILNA, en una medida que puede aumentar las tensiones aún más en la volátil provincia de Sistán-Baluchistán, donde se encuentra Zahedan.
La minoría baluch, cuyo número se estima en 2 millones de personas, ha sufrido discriminación y represión durante décadas, según grupos de derechos humanos.
Algunos de los peores disturbios se han producido en zonas en las que viven grupos étnicos minoritarios con antiguos agravios contra el Estado, como las regiones de Sistán-Baluchistán y kurda.
El miércoles, los comerciantes de algunas ciudades kurdas se pusieron en huelga para mostrar su respeto a las personas que fueron asesinadas en Zahedan, dijo el grupo de derechos kurdos Hengaw.
Los comerciantes de la ciudad mercado de Valiasr, en la provincia de Teherán, también cerraron sus negocios para conmemorar el 40º día desde que se produjeron los asesinatos, según la agencia de noticias HRANA.
La milicia Basij y otras fuerzas de seguridad han tomado duras medidas con la esperanza de reprimir los disturbios, pero la furia no ha disminuido.
Mientras que las manifestaciones anteriores se han centrado en los resultados de las elecciones o en las dificultades económicas, los manifestantes actuales parecen decididos a conseguir un orden político totalmente nuevo en un país en el que el establishment clerical ha gobernado desde la revolución de 1979.
En un acto continuo de resistencia, los vídeos publicados en Twitter bajo el hashtag #TurbanTossing muestran a los iraníes acercándose sigilosamente a los clérigos y quitándoles los turbantes de la cabeza.
Según el grupo iraní de derechos humanos Hengaw, las escolares de la ciudad de Qorveh, en el noroeste de Irán, salieron a la calle con consignas y pidieron a otros iraníes que se unieran a ellas.
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