Como Benjamín Netanyahu, jefe del mayor partido de la derecha israelí, el Likud, va a formar el gobierno más derechista que ha tenido el país, aumentan las expectativas de que dé influyentes carteras ministeriales a los ministros de extrema derecha Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich.
Antes de su victoria y durante su campaña electoral, Ben-Gvir dijo a sus partidarios que tenía en el punto de mira el Ministerio de Seguridad Pública, que supervisa la seguridad interna, incluida la seguridad de las prisiones, donde los combatientes de la resistencia palestina cumplen largas condenas en condiciones inhumanas.
Ahora, según los medios de comunicación israelíes, pretende convertirse en ministro de Educación y dar a su aliado, el extremista Smotrich, el ministerio de Defensa. Si esto sucede, dijo Amos Harel de Haaretz, "tendrá un impacto significativo en el terreno". Harel, que es un destacado reportero israelí y analista de temas militares y de seguridad, afirmó que Smotrich "será una parte integral del próximo gobierno de Netanyahu".
Mientras estos dos políticos judíos israelíes de extrema derecha se convierten en altos funcionarios con objetivos extremistas y racistas en lo más alto de su agenda, ¿quién será capaz de enfrentarse a ellos, disuadir sus ambiciones racistas o frenar su locura?
En un artículo publicado en Israel Hayom, Ben -Gvir intentó rebajar su tono extremista. Comparó sus opiniones pasadas y actuales y explicó cómo había cambiado, pero en el mismo artículo escribió: "No pienso disculparme por lo que soy, pero creo que si me conocen, cambiarán sus opiniones sobre mí y mis posiciones. Durante demasiado tiempo, demasiados israelíes han tenido miedo de los enemigos de dentro y de fuera. No más".
LEER: La complicidad de EE.UU. con Israel potenciará cualquier plan de anexión futuro
Durante su campaña electoral, Ben-Gvir dijo que trataría de suavizar las normas de enfrentamiento del ejército de ocupación israelí para permitir a los soldados israelíes "disparar a matar con más facilidad a los sospechosos palestinos", informó el Times of Israel, añadiendo que Smotrich ha hecho campaña por lo mismo.
Al salir de la Oficina del Primer Ministro, Yair Lapid -que perdió el puesto en las elecciones- lamentó la derrota de los partidos de izquierda en Israel, diciendo: "Después de una derrota en las elecciones siempre hay secuelas, siempre hay rabia. Es humano y comprensible, pero tenemos una misión mucho más importante. Debemos unir fuerzas en la lucha por nuestro querido país. En la Knesset, en las calles, en todos los escenarios posibles".
Lapid sabe muy bien cómo esos políticos religiosos de extrema derecha perjudican la gobernabilidad del país, así como las relaciones públicas en los escenarios internacionales. Por eso, ya ha empezado a movilizar el poder, buscando aliados para formar una oposición unida y fuerte, con el objetivo de restaurar el poder de la izquierda.
En un acto celebrado en memoria del fallecido rabino Meir Kahane, nacido en EE.UU., cuyos seguidores extremistas han atacado y a veces matado tanto a israelíes como a árabes, Ben-Gvir elogió a la controvertida figura cuya organización ha sido calificada de terrorista por EE.UU., y defendió sus puntos de vista al insistir en que "en última instancia, el rabino Kahane trataba del amor. Amor por Israel sin compromiso, sin ninguna otra consideración".
Hablando en el mismo acto, otro activista judío israelí de extrema derecha, Baruch Marzel, que fue socio político de Ben-Gvir, dijo: "Nada se detendrá si no vaciamos el pantano", reforzando un llamamiento anterior para expulsar a los más de 300.000 ciudadanos palestinos de Israel que votaron a los partidos Balad y Ra'am en las elecciones de la semana pasada.
Durante la reunión con el presidente israelí Issac Herzog, Ben-Gvir dijo estar seguro de que "si hablo con el mundo, se darán cuenta y reconocerán que no hago generalizaciones contra todos los árabes". Los medios de comunicación israelíes también informaron de que había "empezado a reunirse con diplomáticos y trabajará para explicar las posiciones de Otzma Yehudit en todo el mundo", en referencia a su partido político.
Si Ben-Gvir recibe el Ministerio de Seguridad Pública, tendrá el control de la aplicación de la ley en la mezquita de Al-Aqsa, donde los colonos y funcionarios israelíes extremistas, incluido él, han estado buscando un cambio en el statu quo a expensas de los derechos de los musulmanes.
Ben -Gvir ha profanado con frecuencia la mezquita de Al-Aqsa junto con sus partidarios y ha llevado a cabo rituales judíos, que están prohibidos por la ley israelí. Tiene un largo historial de incitación a la violencia y de búsqueda de la deportación de palestinos de sus hogares en los barrios palestinos de las inmediaciones del lugar sagrado musulmán.
¿Quién lo disuadirá y detendrá su locura cuando se convierta en un alto funcionario del gobierno con un inmenso poder? ¿Quién le impedirá ordenar a la policía israelí que dispare para matar a los palestinos?
Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.