El movimiento tunecino Ennahda ha criticado la "cortesía" mostrada por los funcionarios tunecinos hacia Israel, y algunos han pedido la normalización de las relaciones, según ha informado Al-Quds Al-Arabi. Según Ennahda, esto confirma la "falta de sinceridad" del eslogan tantas veces repetido por el presidente Kais Saied de que "la normalización es alta traición".
"El movimiento rechaza toda forma de normalización con el Estado de ocupación que usurpa la tierra palestina", dijo Ennahda el sábado. "Esto incluye la cortesía mostrada a los representantes del estado de ocupación y las comunicaciones con ellos, como ocurrió en la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático en Egipto".
Algunos diplomáticos, añadió el movimiento, piden explícitamente la normalización. "Las sospechas sobre la normalización que se está llevando a cabo han surgido desde el golpe [sic] de julio de 2021, lo que indica que el eslogan "la normalización es alta traición" no es creído por quienes lo utilizan".
La "sonrisa" intercambiada entre la primera ministra tunecina, Najla Bouden, y el presidente israelí, Isaac Herzog, en la COP27, desató una amplia polémica en Túnez, lo que provocó llamamientos para que Saied destituyera a Bouden.
Un diplomático tunecino también ha sido criticado tras calificar al presidente israelí de "defensor de la paz" y hablar de la posibilidad de que Túnez firme un "acuerdo de paz" con el Estado ocupante si recibe tal petición de los dirigentes palestinos.
Además, Ennahda también denunció el "abuso intencionado" de las autoridades tunecinas contra los grupos y personas de la oposición al presentar demandas "inventadas" contra ellos. "Esto pretende distraer la atención de la opinión pública de los verdaderos problemas que afectan al país, especialmente el sufrimiento debido a los altos precios y la escasez de productos básicos. Estos casos legales pretenden encubrir el fracaso en la gestión del país, al tiempo que profundizan la crisis política y económica y los peligros de disturbios civiles."
En este sentido, se destacó la persecución continuada del líder de Ennahda, Rached Ghannouchi. "Ha habido una serie de casos fabricados... y presiones sobre el poder judicial para... atacar a Ghannouchi por su posición y la del movimiento en relación con el golpe de Estado que se volvió contra las instituciones legítimas, la Constitución, la ley y los logros de la revolución de la libertad y la dignidad en general".
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