El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, prometió el miércoles proteger la selva amazónica.
En su primer viaje al extranjero desde su victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 30 de octubre, Lula anunció que Brasil volvía a la escena internacional, y se refirió a las recientes elecciones y sus implicaciones para la Amazonia y la "supervivencia" del mundo.
"No hay seguridad climática para el mundo sin una Amazonia protegida", dijo, prometiendo salvaguardar la biomasa del Amazonas.
Lula anunció que en los tres primeros años del gobierno del actual presidente Jair Bolsonaro, los niveles de deforestación aumentaron un 73%, mientras que el año pasado se deforestaron 13.000 kilómetros cuadrados.
"Vamos a fortalecer los órganos de fiscalización y los sistemas de monitoreo, que han sido desmantelados en los últimos cuatro años", dijo.
Aseguró que reprimirá los "delitos ambientales" y a quienes realicen "actividades ilegales" en la Amazonia, denunciando las actividades mineras, madereras y agrícolas que, según dijo, han impactado significativamente en el modo de vida de los pueblos indígenas de la región.
También se comprometió a crear un ministerio para los pueblos indígenas que garantice su "supervivencia digna, la seguridad, la paz y la sostenibilidad", subrayando que ellos "deben ser los protagonistas de su preservación".
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Lula dijo que las comunidades que viven en la Amazonia deben ser "beneficiarias de un modelo de desarrollo local sostenible" y no de modelos que destruyen los bosques, generan poca riqueza y provocan daños ambientales.
A continuación, anunció que Alemania y Noruega apoyarán el Fondo Amazónico para financiar medidas de protección ambiental en la mayor selva tropical.
"El Fondo tiene hoy más de 500 millones de dólares que están congelados desde 2019 por la falta de compromiso del actual gobierno con la protección de la Amazonía", dijo Lula.
Con más del 17% de toda la cuenca amazónica perdida por la deforestación, la destrucción en la Amazonía la está llevando a un punto de inflexión.
Según los científicos Carlos Nobre y Thomas Lovejoy, si se pierde entre el 20% y el 25% de la Amazonia, ésta dejaría de actuar como ecosistema.