El primer ministro de Tailandia se reunió el viernes en Bangkok con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, y firmaron acuerdos para ampliar las relaciones diplomáticas restablecidas este año, más de tres décadas después de que Arabia Saudí rebajara los lazos por un robo de joyas, informa Reuters.
Los dos líderes presidieron la firma de cinco acuerdos, comprometiéndose a aumentar el comercio y la inversión entre los dos países, promover el turismo y profundizar la cooperación en materia de energía.
Tailandia espera que la mejora de sus relaciones con Arabia Saudí pueda suponer un impulso económico.
La ampliación del círculo diplomático de Arabia Saudí se produce tras la condena internacional por el asesinato en 2018 del periodista del Washington Post, Jamal Khashoggi, asesinado y descuartizado por agentes saudíes en el interior del consulado del reino en Estambul.
El primer ministro, Prayuth Chan-ocha, mantuvo conversaciones bilaterales con el príncipe heredero al margen de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Bangkok. Arabia Saudí fue invitada por el país anfitrión de la APEC.
"La cooperación en materia de comercio, inversión y trabajo ya está en marcha", dijo el portavoz del gobierno, Ratchada Thanadirek, antes de las reuniones.
Los dos países restablecieron sus relaciones diplomáticas en enero, cuando Prayuth visitó el país por invitación del príncipe heredero.
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Arabia Saudí redujo sus relaciones diplomáticas en 1989, tras una disputa por el robo de unos 20 millones de dólares en joyas por parte de un conserje tailandés que trabajaba en el palacio de un príncipe saudí, en lo que se conoció como el "asunto de los diamantes azules".
Gran parte de las gemas, incluido un raro diamante azul, nunca se recuperaron. El robo sigue siendo un misterio sin resolver y fue seguido por el asesinato al estilo de una ejecución en Tailandia de tres diplomáticos saudíes.
"El restablecimiento de los lazos tiene beneficios mutuos para ambos países", dijo el Príncipe Heredero, añadiendo que la inversión, las infraestructuras y la salud pública eran áreas importantes.
"Superar la cuestión del Diamante Azul es un aspecto positivo para ambos países", dijo Ben Kiatkwankul, socio de la consultora de asuntos gubernamentales Maverick Consulting Group.
Arabia Saudí está intentando diversificar su economía, alejándose del petróleo y adentrándose en industrias como la alimentaria y la agrícola, lo que convierte a Tailandia en un buen socio, dijo, mientras que Tailandia puede beneficiarse de los proyectos relacionados con la energía y el turismo médico.
Desde enero, los intercambios entre ambos países han incluido un acuerdo entre las empresas energéticas estatales, Saudi Aramco, y la tailandesa PTT.BK para cooperar en la captura de carbono y el abastecimiento de crudo. En octubre, Tailandia acogió el controvertido circuito respaldado por Arabia Saudí, el LIV Golf Invitational.
El ministro saudí de Inversiones, Khalid Al-Falih, asistió también en noviembre a un foro empresarial en Bangkok, donde se reunió con empresas agrícolas, como CP Foods.