El jefe del Partido Democrático Unionista de Sudán, Muhammad Othman Al-Mirghani, regresó el lunes al país tras pasar diez años en el exilio viviendo en El Cairo. Miles de sus partidarios le dieron la bienvenida en el aeropuerto de Jartum.
Un portavoz del partido, Omar Khalafallah, dijo que el regreso de Al-Mirghani cumplía con una serie de expedientes y tareas, incluida la iniciativa sudanesa lanzada en marzo para resolver la crisis política. Añadió que la visión del partido se basa en hacer enmiendas al documento constitucional firmado en 2019 y producir una nueva constitución para restaurar el período de transición. El portavoz señaló que Al-Mirghani ha trabajado con la Unidad de Partidos Federales para salvar las diferencias entre los partidos federales y unirlos.
Al-Mirghani abandonó Sudán en 2010, a raíz de desacuerdos en su partido, y se marchó a Londres, donde permaneció poco tiempo antes de marcharse a El Cairo y establecerse allí. Gestionó los asuntos de su partido desde la capital egipcia y entabló una asociación política con el antiguo régimen del Congreso Nacional, compartiendo carteras ministeriales mientras sus dos hijos, Hassan Al-Mirghani y Jaafar Al-Mirghani, eran ayudantes del ahora destituido presidente Omar Al-Bashir.
LEER: Encarcelado un ex ministro de Marruecos
El Partido Unionista Democrático participa activamente en la escena política sudanesa y cuenta con el apoyo absoluto de la secta Khatmiyya, que actúa como ala religiosa del partido. La Khatmiyya es el rival tradicional de la secta Ansar, dirigida por el difunto Sadiq Al-Mahdi.
Fue el hijo de Al-Mirghani, Hassan, quien, como líder del partido, firmó las propuestas constitucionales de transición preparadas por abogados sudaneses. Su otro hijo y jefe adjunto del partido, Jaafar, firmó la declaración política de la coalición Libertad y Cambio-Bloque Democrático.
Los últimos acontecimientos, tras más de un año de estancamiento político, han provocado un ambiente cautelosamente optimista en Sudán sobre la inminencia de una solución.