El jueves, un tribunal argelino dictó sentencias de muerte contra 49 personas acusadas de quemar vivo al ciudadano Jamal Ben Ismail y de mutilar su cuerpo en la región de Cabilia, tras haberle acusado erróneamente de provocar un gran incendio. Sin embargo, las penas se reducirán a cadena perpetua debido a la moratoria del país sobre las ejecuciones, según el Servicio de Prensa de Argelia (APS).
El APS ha dicho que el Tribunal de Primera Instancia de Casablanca, en Argel, había condenado a los acusados en el caso del asesinato de Ben Ismail. Los medios de comunicación locales habían dicho inicialmente que se habían dictado 48 sentencias de muerte, pero la APS ha confirmado la emisión de 49 sentencias de muerte en el caso.
La APS ha dicho que el tribunal también dictó sentencias "que van de diez a dos años de prisión ejecutiva contra 28 acusados, además de multas que van de 100 a 200.000 dinares argelinos, mientras que absolvió a otros 17 acusados".
Todos los acusados fueron procesados por múltiples cargos, en particular por el delito de cometer "actos terroristas y de subversión contra la seguridad del Estado y la unidad nacional", "participación en asesinatos deliberados y premeditados", "agresión con violencia contra miembros de la fuerza pública", "difusión de discursos de odio" e "incitación a la destrucción de bienes ajenos y a la reunión armada", según la APS.
Desde 1993 se aplica en Argelia una moratoria en la aplicación de la pena de muerte.
En este caso, la Fiscalía argelina había pedido la pena de muerte contra más de 70 personas acusadas de participar en el asesinato de Ben Ismail.
Cabe destacar que Jamal Ben Ismail, de 38 años, acudió voluntariamente a un pueblo de Tizi Ouzou, en el noroeste del país, para ayudar a extinguir los incendios forestales que mataron al menos a 90 personas en una semana.
Cuando se enteró de que algunos habitantes del pueblo sospechaban que estaba implicado en la provocación de los incendios por ser forastero en la región, se apresuró a entregarse a la policía; sin embargo, una gran multitud de ciudadanos enfurecidos lo arrebató de las manos de la policía, lo torturó, lo quemó vivo y mutiló su cuerpo.
Algunos vídeos difundidos en las redes sociales mostraban a la multitud rodeando el coche de policía en el que estaba retenido Ben Ismail, lo sacaron a rastras y empezaron a golpearlo.
Durante el juicio se presentaron vídeos publicados por los acusados en las plataformas de las redes sociales que mostraban detalles del horrendo crimen.
Los vídeos mostraban cómo Jamal Ben Ismail fue torturado, quemado vivo y cómo le robaron todas sus pertenencias, incluido su teléfono móvil.
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