El primer ministro palestino, Mohammed Shtayyeh, acusó el domingo a Israel de robar 600 millones de metros cúbicos de los 800 millones de metros cúbicos de Palestina y desviarlos a sus ciudades y asentamientos.
Shtayyeh hizo estas declaraciones en la Cuarta Conferencia Árabe sobre el Agua, organizada por el Estado de Palestina bajo el título "Seguridad hídrica árabe para la vida, el desarrollo y la paz".
Shtayyeh dijo que dos tercios de las aguas subterráneas de los palestinos en Cisjordania se utilizan dentro de Israel, explicando que un israelí medio consume 430 litros de agua al día, mientras que un palestino sólo consume 72 litros, mucho menos que la media mundial de 120 litros.
"Estamos luchando por nuestros derechos sobre el agua, y esta conferencia es una oportunidad para aumentar la cooperación árabe en el sector del agua", dijo Shtayyeh, explicando que el gobierno palestino está aplicando una "estrategia de recogida de agua", y ha puesto en marcha un proyecto de presa en Wadi Al-Far'a, además de trabajar en la construcción de enormes proyectos de desalinización de agua en Gaza, financiados por la Unión Europea y otros donantes.
El primer ministro explicó que su gobierno, desde que asumió sus funciones hace tres años y medio, ha invertido unos 500 millones de dólares en proyectos de agua y saneamiento, y agradeció a los socios internacionales la financiación de este "sector estratégico".
Shtayyeh advirtió que el Mar Muerto está amenazado de sequía total para el año 2044, debido a las medidas israelíes contra él, que incluyen el desvío de sus recursos hídricos y el agotamiento de sus capacidades, incluidos los minerales y las sales que extraen las empresas israelíes.
"El agua en el mundo árabe es una cuestión política y económica que necesita una visión estratégica (...) y nuestro país se enfrenta a un verdadero desafío en relación con la escasez de sus recursos hídricos y el robo", dijo.
Shtayyeh explicó que el agua es un componente importante en el conflicto palestino-israelí, y añadió que los asentamientos agrícolas israelíes pretenden controlar los recursos hídricos desde una fase temprana.
"A pesar de la importancia de las soluciones tecnológicas a la crisis del agua, no es un sustituto de la realización de los derechos sobre el agua basados en el derecho internacional, con el fin de cubrir la brecha entre la disponibilidad de los recursos hídricos y la creciente necesidad con una población cada vez mayor", añadió.
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