La Autoridad Palestina (AP), Egipto y Hamás han logrado un gran avance en relación con el yacimiento de gas de Gaza, conocido como Gaza Marine, según revelaron las noticias la semana pasada.
El Washington Post informó de que la carrera de Europa por asegurarse alternativas al suministro energético ruso contribuyó a reactivar la: "La iniciativa palestina, largamente abandonada, de extraer gas natural de la costa de la bloqueada Franja de Gaza".
Al-Araby Al-Jadeed reveló que funcionarios de la AP e israelíes han mantenido recientemente intensas conversaciones con los egipcios, que mantienen contacto con Hamás, que gobierna la Franja de Gaza.
Funcionarios palestinos compartieron que la explotación de la Marina de Gaza, que fue ignorada durante más de dos décadas, ofrecería un salvavidas para la AP, que tiene problemas de liquidez.Hamás, según Al-Araby Al-Jadeed, se considera parte del acuerdo entre la AP, Israel y Egipto. Las partes, que mantuvieron conversaciones en Egipto, discutieron el desarrollo del yacimiento de gas, el marcado del gas y la parte que le corresponde a cada parte.
El Washington Post reveló que el proyecto de Gaza Marine está valorado en 1.400 millones de dólares y que estará finalizado en febrero de 2023. Prevé el lanzamiento de la producción de gas en marzo de 2024.
También escribió que Hamás e Israel, que no tienen relaciones "tendrán que estar, al menos tácitamente, a bordo".
Zafer Milhem, presidente de la Autoridad Palestina de Energía y Recursos Naturales, declaró a The Washington Post: "Hemos estado esperando este desarrollo y la prosperidad que conlleva. Espero que esto sea un paso hacia el futuro".
Desde que British Gas lo descubrió por primera vez en 1999, el gas natural de Gaza -estimado en un billón de pies cúbicos- ha estado sumido en el conflicto palestino-israelí y encerrado bajo el mar.
En el año 2000, un día después de que el difunto presidente de la AP, Yasser Arafat, saludara el descubrimiento de gas como un "regalo de Dios", estalló la segunda Intifada palestina.
El último Primer Ministro israelí, Ariel Sharon, detuvo el proyecto, advirtiendo que los beneficios podrían canalizarse hacia Hamás y otros grupos militantes.