El presidente Abdel Fattah Al-Sisi ha pedido a Estados Unidos que ayude a presionar a Etiopía para que llegue a un acuerdo con Egipto en relación con la presa del Renacimiento, mientras que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, subrayó la importancia de alcanzar una solución diplomática entre todas las partes.
Al margen de su visita a Washington para asistir a la cumbre Estados Unidos-África, Al-Sisi planteó a Blinken el expediente de la presa del Renacimiento y señaló: "Es un asunto muy vital y existencial para nosotros".
Y añadió: "alcanzar un acuerdo jurídicamente vinculante puede conseguir algo bueno de acuerdo con las normas y estándares internacionales. No pedimos nada más que eso. Necesitamos su apoyo en este asunto".
El Departamento de Estado de EE.UU. compartió en un comunicado tras la reunión que Blinken: "subrayó la importancia de alcanzar un acuerdo diplomático que proteja los intereses de todas las partes".
Añadió que el Secretario de EE.UU. planteó a Al-Sisi la cuestión del respeto de los derechos humanos en Egipto, haciendo hincapié en: "las relaciones bilaterales se fortalecen con progresos tangibles en este campo".
Blinken reiteró el compromiso de su país con la asociación estratégica entre EE.UU. y Egipto y elogió el éxito de Egipto como anfitrión de la conferencia sobre el clima COP 27, según el Departamento de Estado estadounidense.
La presa sobre el río Nilo -cuyo coste asciende a 4.200 millones de dólares y será la mayor de África- es fuente de tensiones entre Etiopía, Egipto y Sudán.
Egipto, que depende del río para el 97% de su agua de riego y potable, teme que la presa reduzca sus ya escasas reservas de agua.
El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, había prometido continuar las conversaciones sobre la presa, pero siguió adelante con el plan de llenar y poner en funcionamiento las primeras turbinas.
Desde que se puso en marcha el proyecto en 2011, la presa del Renacimiento ha desatado una disputa diplomática entre Sudán y Egipto, que dependen del Nilo para sus recursos hídricos.
La administración del expresidente estadounidense Donald Trump, estrecho aliado del comandante del ejército egipcio que llegó a la presidencia del país, trató de mediar y alcanzar una solución y cortó la ayuda a Etiopía tras acusar a Addis Abeba de no tramitar el expediente de buena fe.
En cuanto a la administración del presidente Joe Biden, sigue un enfoque más centrado en la diplomacia y no vincula la ayuda al asunto.
Sin embargo, las relaciones de la administración Biden con Etiopía han sido tensas debido a la preocupación por las violaciones de los derechos humanos en la guerra contra los militantes de la región de Tigray, que finalizó tras la firma de un acuerdo de paz el mes pasado.
Al asumir el cargo, Biden se distanció de Al-Sisi debido a su preocupación por el historial de El Cairo en materia de derechos humanos, pero acogió con satisfacción el papel desempeñado por su homólogo egipcio en la mediación de un alto el fuego el año pasado en la Franja de Gaza y la acogida por parte de Egipto de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Clima el mes pasado.