Israel deportó el domingo a Francia al abogado de derechos humanos franco-palestino Salah Hamouri, acusándolo de delitos contra la seguridad, según informó el Ministerio del Interior israelí en un comunicado, informa Reuters.
Hamouri, de 37 años y residente de toda la vida en Jerusalén, fue escoltado hasta el aeropuerto, donde embarcó a primera hora de la mañana en un vuelo con destino a Francia, mientras sus partidarios afirmaban que no tenía ningún recurso legal que interponer.
Israel revocó la residencia de Hamouri el 1 de diciembre acusándolo de participar activamente en el Frente Popular para la Liberación de Palestina, clasificado por Israel y sus aliados occidentales como grupo terrorista.
Anteriormente fue condenado por Israel por intentar asesinar al rabino sefardí Ovadia Yossef, fundador del partido ultraortodoxo Shas, pero siempre ha mantenido su inocencia.
"Durante su vida organizó, inspiró y planeó atentados terroristas por su cuenta y para la organización contra ciudadanos y conocidos israelíes", dice un comunicado del Ministerio del Interior.
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Los partidarios de Hamouri dijeron que la deportación constituía una violación del derecho internacional.
"Dondequiera que vaya un palestino, lleva consigo estos principios y la causa de su pueblo: su patria llevada con él a dondequiera que acabe", afirmó Hamouri en un comunicado.
Hamouri, que fue detenido recientemente por Israel bajo detención administrativa sin cargos el 7 de marzo hasta el 1 de diciembre.
Hamouri fue uno de los 1.027 prisioneros que Israel liberó en 2011 a cambio del soldado Gilad Shalit, cautivo de Hamás en la Franja de Gaza durante más de cinco años.
Hamouri tiene la nacionalidad francesa por vía materna.
El Ministerio de Asuntos Exteriores francés denunció su deportación y dijo que el gobierno francés había tratado activamente de defender sus derechos y había estado en contacto con las autoridades israelíes en múltiples ocasiones.
"Condenamos la decisión contraria a derecho de las autoridades israelíes de deportar a Salah Hamouri a Francia", declaró el Ministerio en un comunicado.
La inmensa mayoría de los más de 340.000 palestinos de Jerusalén Este tienen permiso de residencia israelí, pero pocos tienen la ciudadanía de Israel, que considera toda la ciudad santa como su capital eterna e indivisa. Los palestinos aspiran desde hace tiempo a que el este de la ciudad, que Israel capturó en la guerra de 1967 y posteriormente se anexionó en un movimiento no reconocido internacionalmente, sea la capital de un futuro Estado.
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Jessica Montell, directora ejecutiva de HaMoked, una ONG que representa a Hamouri, dijo a Reuters que el caso de Hamouri sienta un precedente para la deportación de jerosolimitanos que poseen una ciudadanía alternativa.
"Como tiene una segunda nacionalidad, es más vulnerable a la deportación", dijo Montell, añadiendo que espera que surjan casos similares con más frecuencia con la nueva coalición de derechas que se espera que forme el próximo gobierno de Israel.
Ahmed Majdalani, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina, calificó la deportación de ilegal.
"No cometió ningún delito para que lo deportaran de su patria y lo expulsaran a otro país, donde había permanecido durante un breve periodo, aunque tuviera la nacionalidad de ese país", declaró Majdalani a Reuters.