Setenta y cuatro presos palestinos recluidos en cárceles israelíes han muerto por negligencia médica desde 1967.
El primero fue Khalil Al-Rashaida, de Belén, que murió en 1968 tras sufrir un infarto y no recibir el tratamiento necesario.
La última víctima, fallecida ayer, fue Nasser Abu Hamid, del campo de Al-Amari. Fue declarado muerto tras una larga batalla contra el cáncer, después de que los servicios penitenciarios israelíes retrasaran su acceso al tratamiento.
LEER: Irán propone celebrar un referéndum sobre la creación de un Estado palestino independiente
El tribunal de ocupación rechazó las peticiones de puesta en libertad anticipada en vista del deterioro de su salud.
Según el Club de Prisioneros Palestinos, en las cárceles de la ocupación hay unos 600 presos enfermos, entre ellos unos 200 que padecen enfermedades crónicas. Entre ellos hay 24 presos con tumores y cáncer en diversas fases.
Saadia Farajallah, de 68 años, murió en julio como consecuencia de una negligencia médica deliberada. Padecía diabetes, hipertensión y problemas cardíacos. Había comparecido ante el tribunal en silla de ruedas pocos días antes de su muerte, como consecuencia del deterioro de su salud.
A menos que se indique lo contrario en el artículo, este trabajo de Middle East Monitor/Monitor de Oriente está bajo licencia Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Si la(s) imagen(es) lleva(n) nuestro crédito, esta licencia también se aplica a ellos. ¿Qué significa esto? Para otros permisos por favor contáctenos. 
