El presidente del régimen sirio, Bashar Al-Assad, promulgó ayer un decreto legislativo por el que se concede una amnistía general a los desertores del servicio militar con la condición de que se entreguen en un plazo de tres meses para los que vivan en Siria y de cuatro meses para los que vivan fuera del país.
La amnistía forma parte de una amnistía general ampliada para todos los delitos cometidos antes del martes, excluidas las multas relacionadas con la violación de las leyes que regulan el cambio de dinero, el tabaco y los sellos, así como todas las demandas civiles.
En los últimos diez años, Al-Assad había promulgado numerosas amnistías, algunas de ellas relacionadas con quienes han huido para evitar el servicio militar y otras relativas a sanciones penales y criminales.
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