Desde el interior de su pequeña tienda en un zoco del centro de la capital sudanesa, Jartum, Abdullah Al-Sarraj ha conseguido que las picaduras de abeja sean un "tratamiento eficaz y rápido" para las personas que padecen enfermedades crónicas.
En la tienda con su zumbido característico, Hamza coge unas pinzas y se pone manos a la obra con las abejas. Dice que el tratamiento con abejas se menciona en el Corán y que todo lo que sale del estómago de las abejas es curativo, incluida la miel y la cera, pero afirma que incluso el veneno de su aguijón puede curar.
Dice que utiliza el aguijón de las abejas para tratar dolencias introduciéndolo en lugares específicos del cuerpo del paciente según la enfermedad que se esté tratando, y añade que los "aguijones relajan los nervios".Al-Sarraj está considerado uno de los terapeutas más antiguos de este tipo de medicina alternativa en Jartum.
El veneno de abeja contiene "un tratamiento para unas 140 enfermedades, porque contiene sustancias medicinales orgánicas, no químicas, que no causan efectos secundarios", afirma Al-Sarraj.Esta información no ha sido confirmada por fuentes médicas imparciales.
Según Al-Sarraj, el veneno de abeja es una "secreción líquida que emana de glándulas ácidas situadas en la parte posterior del cuerpo de la abeja".Afirmó que seguían utilizándolo para tratar la malaria. "Tratamos el reumatismo, la sequedad del líquido entre las articulaciones y las rótulas, las migrañas, el intestino irritable y la amigdalitis".
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