En respuesta a la profanación de la mezquita de Al-Aqsa el martes por parte del ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, diputados jordanos pidieron ayer la expulsión del embajador israelí en Ammán.
"Las prácticas provocadoras, que generan más tensión en la región, deben cesar inmediatamente", declaró Ahmad Al-Safadi, portavoz del Parlamento jordano.
Según Quds Press, la mayoría de los diputados jordanos pidieron la expulsión del embajador israelí en Ammán en respuesta a "la violación del recinto de la mezquita de Al-Aqsa", el tercer lugar más sagrado del Islam.
"Tal profanación e infracción de este lugar sagrado no son aceptables", dijo Al-Safadi, subrayando que las acciones de los consecutivos gobiernos israelíes demostraron "que tienden al extremismo, causando estragos y desencadenando un conflicto en la región."
Acusó al gobierno israelí de llevar a cabo medidas que conducirían a cambiar el statu quo de la ciudad santa, subrayando: "Esto no será aceptable para Jordania, los jordanos y los palestinos de Jerusalén y de todas partes".
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Mientras tanto, el diputado Yanal Fraihat dijo: "Hoy respondemos con posturas, pero pronto, con balas".
Por su parte, el diputado Khalil Atiyyeh dijo: "Jordania tiene una frontera de 300 kilómetros con Palestina".
El diputado Raed Rabbaa dijo: "La acción del sionista extremista fue similar a lo que hizo Areil Sharon en 2000, cuya acción desencadenó la bendita Intifada de Al-Aqsa".
Saleh Al-Armouti dijo: "Ben-Gvir desafió la posición jordana. Convocar al embajador israelí no es suficiente, debe ser expulsado".
Subrayó que Ben-Gvir "quebrantó la paz y la seguridad mundiales según la Carta de las Naciones Unidas", y pidió que se presentara inmediatamente una denuncia contra él ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Jordania custodia los lugares musulmanes y cristianos de los territorios ocupados.