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La deslocalización de las políticas de asilo podría convertirse en la "política estrella" del Norte Global

Protesta contra el plan británico de enviar migrantes y solicitantes de asilo a Ruanda en Londres, Reino Unido, el 13 de junio de 2022 [Raşid Necati Aslım/Anadolu Agency].

Con su polémico plan de asilo en Ruanda, en virtud del cual los solicitantes de asilo son enviados a la nación de África Oriental a medida que se tramitan sus solicitudes, el Reino Unido no es el primero que intenta enviar inmigrantes a un tercer país y probablemente no será el último.

De Dinamarca a Israel, pasando por Australia, varios países han adoptado polémicas políticas de deslocalización de solicitantes de asilo y refugiados de distintas maneras, a pesar del accidentado historial de este método.

El sistema de detención en el extranjero de Australia ha sido objeto de duras críticas por ser cruel, costoso e ineficaz para lo que pretendía conseguir.

Las investigaciones han demostrado que, en las condiciones de los centros de detención extraterritoriales de la isla de Manus, en Papúa Nueva Guinea, y de Nauru, en el Pacífico Sur, los migrantes sufrían niveles muy elevados de angustia mental.

El programa de asilo off-shore de Australia se considera un naufragio, ineficaz y caro. A pesar de la política introducida en 2001, los solicitantes de asilo siguieron entrando en el país hasta 2020.

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Se calcula que el Gobierno australiano gastó casi mil millones en tramitación extraterritorial en el ejercicio 2021-2022.

Según Peter William Walsh, investigador del Observatorio de la Migración de la Universidad de Oxford, Israel y Australia son los dos mejores ejemplos, lo que plantea dudas sobre si la política del Reino Unido es prometedora.

"La mejor comparación quizá sea Israel, que envió a varios miles de solicitantes de asilo a Ruanda y Uganda. Y se cree que no fue un éxito especial, en la medida en que la mayoría de esas personas no se quedaron en esos países", explicó.

Existen importantes diferencias entre los acuerdos de Gran Bretaña e Israel con Ruanda, ya que el programa de "salidas voluntarias" de Tel Aviv a Ruanda es opcional, mientras que el acuerdo del Reino Unido sería obligatorio.

La iniciativa de Israel no fue "un éxito especial", dijo Walsh, explicando que "sólo unas pocas docenas de varios miles" permanecieron realmente en Ruanda.

A diferencia del Reino Unido, Israel no hizo público este programa ni llegó a ningún acuerdo formal con Ruanda, lo que, según Amnistía Internacional, fue una abdicación de su responsabilidad con los refugiados y un ejemplo de las viciosas medidas políticas que alimentan la "crisis mundial de refugiados".

Dinamarca: Innovador de la política para Ruanda

Walsh cree firmemente que otros países podrían adoptar políticas similares en el futuro, y señala a Dinamarca como una de las naciones que está llevando a cabo un plan similar para enviar a los solicitantes de asilo, una vez más, a Ruanda. Allí serían atendidas sus solicitudes sin posibilidad de regresar a Dinamarca.

Funcionarios daneses afirmaron anteriormente que un acuerdo con Ruanda "garantizaría un enfoque más digno que la red criminal de traficantes de personas que caracteriza la migración a través del Mediterráneo en la actualidad".

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"En realidad, se pensaba que el gobierno danés era el innovador de esta política. Resulta que el Reino Unido se adelantó y ha avanzado más en la consecución de un acuerdo", dijo Walsh.

Y añadió que otros países deberían fijarse en el ejemplo británico. "Tiene cierto prestigio moral en la escena mundial. El Reino Unido, nuestros abogados, ayudaron a redactar la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados".

"Así que existe el riesgo de que otros países piensen: '¿Saben qué? Tenemos un alto índice de solicitantes de asilo que vienen a este país. ¿Por qué no hacemos algo parecido? Pero, claro, ¿intentar hacer algo parecido y conseguirlo en la práctica? Bueno, eso es algo muy distinto".

Túnez y Etiopía son otros destinos potenciales que Dinamarca está considerando para un acuerdo de asilo.

La Comisión Europea ha declarado que la tramitación externa de las solicitudes de asilo "no es posible" según las normas actuales de la UE, pero que Dinamarca ha optado por no participar y, por tanto, está exenta de algunas de las normas del bloque, incluidas las relativas al asilo.

Los críticos han acusado a la UE de externalizar la crisis de los refugiados a países africanos pobres.

Más de 3.000 personas procedentes de centros de detención libios con la esperanza de llegar a Europa han sido enviadas a la nación vecina de Níger en el marco de un programa de la ONU denominado "Mecanismo de Tránsito de Emergencia".

La ONU ha defendido el programa, alegando que protege a los migrantes de la tortura, la violencia sexual y la detención indefinida.

Los jueces británicos no están dispuestos a cuestionar la política del gobierno

Karen Doyle, organizadora nacional de la organización de defensa de los derechos de los inmigrantes "Movimiento por la Justicia", afirmó también que la política del Reino Unido en Ruanda podría convertirse en una política emblemática que otros países intentaran emular.

"Necesitan algo que distraiga la atención de la gente, que desvíe la atención del caos y la destrucción que están llevando a cabo contra todo el mundo. Y los solicitantes de asilo son un chivo expiatorio conveniente para ello.

"Así que, en lo que respecta a la decisión del tribunal, que decidió que las personas tenían casos a los que responder, no cuestionaría la política", declaró a la Agencia Anadolu, refiriéndose a una sentencia del Tribunal Superior británico del mes pasado que consideró que la política era legal.

Según Doyle, esta decisión era de esperar. "Ninguno de los tribunales del Reino Unido, hasta el Tribunal de Apelación, sacó a esas personas del avión. Fue el Tribunal Europeo de Derechos Humanos el que lo hizo", dijo, añadiendo: "Seguro que habrá un recurso".

Doyle también afirmó que, en general, a los jueces no les gusta desafiar la política del gobierno, y dijo que Gran Bretaña tiene un "gobierno racista de extrema derecha que ha dejado muy claro que ésta es su política estrella".

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.

 

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