Empresas de espionaje israelíes han vendido equipos avanzados de vigilancia a Bangladesh en transacciones clandestinas durante varios años, según ha revelado una investigación de Haaretz. Entre las empresas israelíes mencionadas en la investigación figuran algunas que están bajo el control del ex comandante de la unidad de tecnología de inteligencia de Israel.
Bangladesh no mantiene relaciones diplomáticas con Israel y el comercio con el Estado sionista está prohibido hasta que ponga fin a su ocupación militar de Palestina. Oficialmente, el gobierno de Dhaka no reconoce a Israel y los ciudadanos tienen prohibido viajar a ese país hasta que exista un Estado palestino independiente.
Las directrices del gobierno israelí prohíben también la venta de tecnología avanzada de espionaje a Bangladesh. Se dice que las autoridades de defensa israelíes sólo aprueban la exportación de tecnología clasificada a unos pocos países. En años anteriores, la lista de países aprobados para exportaciones de ciberofensiva se redujo a sólo 37, la mayoría de ellos democracias occidentales.
Sin embargo, a pesar de estas directrices, los programas espía israelíes han acabado en manos de algunos de los regímenes más opresivos del mundo, que utilizan esta tecnología para reprimir a disidentes y opositores políticos. Estas ventas son tan habituales que una de las empresas israelíes de software espía, NSO Group, se convirtió en el centro de un escándalo internacional relacionado con el supuesto pirateo telefónico de más de 180 periodistas, abogados y activistas de derechos humanos de todo el mundo. Hasta 50.000 números de teléfono habrían sido seleccionados para su vigilancia mediante el programa espía israelí.
El Grupo NSO fue rechazado por la administración del presidente estadounidense Joe Biden en 2021, pero desde entonces ha encontrado un camino de regreso bajo el gobierno de extrema derecha dirigido por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
La investigación de Haaretz descubrió que las prácticas cuestionables de NSO Group que desataron la indignación mundial son más comunes en Israel de lo que a menudo se presume. Documentos oficiales del gobierno y registros de exportaciones internacionales muestran que países como Bangladesh ven a Israel como el lugar perfecto para ir de "compras cibernéticas". Documentos que datan de 2019 muestran que la agencia de inteligencia interna de Bangladesh, la NSI, compró un sistema para interceptar comunicaciones Wi-Fi. Los detalles de varias otras transacciones que utilizan terceros países para ocultar los detalles de la venta se mencionan en la investigación.
La investigación de Haaretz también indica que la venta de programas espía israelíes a Bangladesh es más frecuente que cuando Al Jazeera la descubrió por primera vez hace dos años. Se descubrió que el gobierno represivo de Bangladesh utiliza equipos de vigilancia de fabricación israelí vendidos a través de un delincuente convicto para atacar a la oposición política.