El ejército israelí se despidió de 2022 con su División de Recursos Humanos revelando el número de soldados muertos en diversos incidentes. Las cifras muestran que 2022 fue un año sangriento, con 44 soldados muertos, la cifra más alta desde 2017. Tres murieron al enfrentarse a combatientes de la resistencia en la Cisjordania ocupada, 14 se suicidaron y el resto murieron a manos de sus compañeros en el llamado fuego amigo, accidentes aéreos y de entrenamiento o accidentes de tráfico. Esto supone un aumento respecto a las cifras de 2021, durante el cual murieron 31 soldados; 2020 con 28 muertos; 2019 con 27 muertos; y 2018 cuando murieron 43. En 2017 murieron 55 soldados israelíes.
La moral de los soldados israelíes es baja. Es difícil decir cuánto de esto se debe a una resistencia más persistente por parte de los palestinos, pero algunos soldados han emprendido acciones legales contra el Ministerio de Defensa alegando enfermedad como resultado de lo que tienen que pasar cuando sirven en los territorios palestinos ocupados. También ha aumentado significativamente el número de miembros de las fuerzas armadas que abandonan el servicio por las mismas o similares razones. Se exigen indemnizaciones por los problemas psicológicos que surgen durante el servicio militar.
La resistencia palestina contra la ocupación militar es totalmente legítima según el derecho internacional, utilizando cualquier medio disponible. Las tácticas de resistencia han cambiado. En 2015, la mayoría de los ataques se llevaron a cabo con cuchillos, pero el año pasado hubo un gran número de tiroteos. Además, la tendencia en Cisjordania es hacia el uso de explosivos y artefactos explosivos improvisados (AEI).
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Los servicios de seguridad israelíes están impulsando una legislación para disuadir este fenómeno. Esto coincide con los intentos de agitar la situación de seguridad entre los ciudadanos palestinos de Israel -que representan el 20% de la población total- y suministrarles armas. El contrabando de armas está aumentando drásticamente, ya sea desde Jordania o mediante robos en las bases del ejército. Sólo en un año, el ejército frustró casi 600 intentos de contrabando.
A principios de 2023, los responsables militares israelíes ya hablan de una escalada de las amenazas militares y de seguridad, y de una intensificación de la resistencia palestina. Además, a los funcionarios de seguridad les preocupa que los jóvenes palestinos aspiren a convertirse en un nuevo modelo de combatiente de la resistencia. La advertencia es que Cisjordania será testigo de más ataques contra las fuerzas de ocupación.
La resistencia palestina no va a desaparecer de la noche a la mañana. Quizá el factor más importante para 2023 sea, en gran medida, lo que haga Israel. Todo el mundo sabe que el resultado de las recientes elecciones israelíes -un gobierno de coalición de extrema derecha- supone una amenaza real y estratégica para el Jerusalén ocupado, Cisjordania y los palestinos dentro de Israel. La "visita" del ministro de extrema derecha Itamar Ben-Gvir a la mezquita de Al-Aqsa la semana pasada es indicativa de por qué los israelíes son pesimistas, ya que esperan que los actos de resistencia aumenten en respuesta a tales provocaciones de los políticos israelíes.
Con enormes desafíos para la ocupación israelí y su ejército, 2023 podría ser un año decisivo. La fuerza aérea está actualizando sus aviones y entrenándose las veinticuatro horas del día, e intenta aislar a Irán mediante la cooperación internacional y la "diplomacia aérea". El ejército, por su parte, se prepara para hacer frente a los desafíos del Líbano, y aborda sus debilidades expuestas por los nuevos métodos de contrabando de armas. Este año Israel podría enfrentarse a retos nunca vistos.
Es probable que la fuerza aérea intensifique su labor en los países del "tercer círculo" mientras trata de desarrollar sus capacidades para atacar a Irán, un asunto de crucial importancia para el primer ministro Benjamin Netanyahu. Israel necesita impedir la transferencia de armas avanzadas a sus enemigos, frenar el atrincheramiento iraní en Siria y tener éxito en su serie de operaciones abiertas y encubiertas para evitar la guerra en más de un frente. Los oficiales de las fuerzas aéreas quieren más aviones de combate F-35.Al mismo tiempo, las Fuerzas de Defensa de Israel se preparan para recibir nuevos helicópteros, aviones de reabastecimiento y drones. El sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro se está preparando para cubrir todo el país, mientras que la industria armamentística israelí colabora con las IDF en el desarrollo de armas para hacer frente a nuevas amenazas, como misiles de crucero, drones suicidas y misiles costeros, que poseen Irán y el Hezbolá libanés. Para ello es necesario estrechar las relaciones militares con Europa, los países del Golfo, Jordania y Egipto, incluyendo ejercicios conjuntos.
Los preparativos israelíes para 2023 revelan que la principal debilidad de las IDF está relacionada con su capacidad para desarrollar la cooperación entre las unidades de inteligencia del ejército, la armada y la fuerza aérea. Están trabajando en diferentes escenarios de entrenamiento, que incluyen ataques a zonas densamente pobladas como Gaza, por ejemplo; la ocupación y el control de territorio en Líbano desde donde se disparan misiles; e incursiones a gran escala en la Cisjordania ocupada.
Un nuevo desafío que preocupa al ejército de ocupación israelí es el intento de Irán de establecer nuevas rutas para el transporte de armas mediante vuelos directos de Teherán a Líbano, tras el fracaso de los intentos de contrabando de armas a Siria, y de allí a Hezbolá en Líbano. Esto puede conducir al posible traslado de la "batalla entre guerras" de Siria al Líbano; Israel ya ha enviado un mensaje al gobierno libanés en el sentido de que el aeropuerto internacional de Beirut podría ser atacado, al igual que lo ha sido el aeropuerto de Damasco, si aterrizan allí cargamentos de armas iraníes.
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Sin embargo, Israel sabe que bombardear Siria es más fácil que atacar Líbano, donde se cree que Hezbolá tiene más de 100.000 misiles, que son un elemento disuasorio para Israel. Aunque ambas partes no parecen dispuestas a un enfrentamiento militar, 2023 puede deparar acontecimientos que escapen a su control.
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