La Organización de Cooperación Islámica (OCI) advirtió el martes contra cualquier asalto israelí a la mezquita de Al Aqsa, en la Jerusalén oriental ocupada, informa la agencia de noticias Anadolu.
En una declaración tras una reunión extraordinaria, la organización con sede en Yedda pidió que se impusieran sanciones al ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, por violar la santidad del lugar.
La semana pasada, Ben-Gvir irrumpió en el complejo de Al-Aqsa, provocando un aluvión de condenas de países de todo el mundo, entre ellos Jordania, Turquía, Estados Unidos, Arabia Saudí, Qatar y Pakistán.
La OCI consideró la visita de Ben-Gvir como una "grave provocación que hiere los sentimientos de los musulmanes de todo el mundo y una flagrante violación del derecho internacional, las resoluciones pertinentes de la ONU, la situación histórica y jurídica existente en Al-Quds [Jerusalén] y sus lugares sagrados y todas las normas internacionales pertinentes".
La agrupación panmusulmana condenó enérgicamente los "repetidos ataques" de los colonos israelíes contra lugares y propiedades sagrados cristianos, "incluido el reciente ataque contra las dotaciones de la Iglesia Ortodoxa en Bab-Al-Jaleel y Silwan, y la profanación y destrucción de tumbas cristianas en el monte Sión, en la parte oriental de Al-Quds".
A continuación, la OCI instó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a "asumir sus responsabilidades" y detener la peligrosa escalada israelí en la Jerusalén Oriental ocupada.
En la declaración se afirma la soberanía palestina sobre "Al-Quds Al-Sharif [Jerusalén Oriental] y todos sus lugares santos, su casco antiguo y sus murallas", y se afirma que todas las medidas adoptadas por las autoridades israelíes de ocupación para cambiar el carácter y el estatuto jurídico de la ciudad o su composición demográfica son "nulas y carecen de efecto jurídico".
Los palestinos acusan a Israel de trabajar sistemáticamente para judaizar Jerusalén Este, donde se encuentra Al Aqsa, y borrar su identidad árabe e islámica.
Para los musulmanes, Al Aqsa es el tercer lugar más sagrado del mundo. Los judíos, por su parte, llaman a la zona el Monte del Templo, afirmando que fue el emplazamiento de dos templos judíos en la antigüedad.
Israel ocupó Jerusalén Este durante la guerra árabe-israelí de 1967. Se anexionó toda la ciudad en 1980, en una medida nunca reconocida por la comunidad internacional.