Irán ha duplicado el precio de mercado del barril de petróleo a 70 dólares para Siria, informa The Wall Street Journal, y ha pedido a su aliado que pague por adelantado y rechazado las solicitudes de crédito.
Teherán ha sido el principal proveedor de combustible de Damasco desde que las sanciones de Estados Unidos impidieron al gobierno importar petróleo del extranjero.
Siria sufre desde hace meses una escasez generalizada de combustible en todo el país y padece su peor escasez desde el inicio del levantamiento y la guerra que dura ya más de una década.
Además de la escasez de combustible, la subida de los precios y el bajo tipo de cambio de la libra siria frente al dólar estadounidense hacen sufrir a los sirios de a pie en las zonas del país controladas por el gobierno.
El colapso del sector bancario en Siria en 2019 significa que miles de millones de dólares de depósitos sirios han sido congelados.
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El año pasado, los expertos dijeron que se trataba de la peor crisis de combustible hasta la fecha, ya que antes había combustible disponible, aunque caro.
El gobierno incluso intentó conservar el combustible diciendo a los funcionarios que no acudieran a las oficinas durante varios días el mes pasado.
Los cortes de electricidad de hasta 22 horas al día están afectando a la sanidad, la educación y el agua, y los sirios están quemando basura, neumáticos y cáscaras de pistacho para mantenerse calientes.
También significa que alimentos como los productos lácteos y la carne se pudren al no poder almacenarse a la temperatura adecuada, ya que las tiendas no tienen suficiente gasóleo para mantener sus frigoríficos en funcionamiento todo el tiempo.
Las panaderías de Damasco han empezado a abrir sólo una vez a la semana, y los clientes forman largas colas en el exterior.
El gobierno también ha culpado a la invasión rusa de Ucrania de contribuir a la subida de los precios.
Rusia e Irán son los principales apoyos militares de Assad y han ayudado al gobierno sirio a aplastar a la oposición desde el inicio de la revuelta.
Cientos de miles de civiles han muerto y hospitales y escuelas han sido atacados en una campaña implacable contra el levantamiento.
Según la ONU, más de 15 millones de sirios, de un total de 22 millones, necesitan ayuda humanitaria.