El crudo frío invernal está agravando el sufrimiento de casi dos millones de desplazados internos en el norte del país, ha informado Anadolu. Los desplazados sirios viven en tiendas de campaña que apenas les protegen de las condiciones extremas en Idlib, con temperaturas que descienden hasta los diez grados centígrados bajo cero.
Casi dos millones de sirios siguen viviendo en campos de desplazados en Idlib, cerca de la frontera turca, donde carecen de lo básico para llevar una vida digna.
Muhammad Khaled, de 73 años, vive en el campo de Ain Al-Bayda, en Idlib. Dijo a Anadolu que el invierno es muy difícil porque los desplazados internos carecen de calefacción y alimentos.
En la misma línea se expresó Hudhaifa Omar, que vive en el campo con sus cuatro hijos. Dice que recoge leña en los alrededores del campo para calentarse. Para Safia Shami, sin embargo, lo único que tiene para abrigar a sus hijos en invierno son mantas.
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