Hanady Halawani, habitante de Jerusalén, declaró a Al Jazeera Mubasher que las fuerzas de ocupación israelíes irrumpieron en su casa el jueves por la noche para entregarle la decisión de prorrogar su prohibición de viajar durante un mes, prorrogable luego por otros seis meses.
Halawani añadió que las fuerzas de ocupación golpearon a su hijo en cuanto les abrió la puerta, y que le quitaron el teléfono de las manos para que no pudiera filmarlos y documentar su asalto a la casa.
Contó que, según la decisión que recibió, su prohibición de viajar se prorroga durante un mes, prorrogable por otros seis, y que: "El número total de prohibiciones dictadas contra mí en los últimos años supera los seis años".
En cuanto al motivo de la prohibición de viajar, Halawani explicó: "es una razón curiosa, ya que según el texto de la decisión, el ministro del Interior recibió información según la cual mi salida del país contribuiría a reforzar las acciones de seguridad que suponen una amenaza para el Estado, por lo que se decidió prorrogar mi prohibición de viajar fuera del país."
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Explicó que lo que la ocupación llama "amenaza para la seguridad del Estado" es, de hecho, su participación en conferencias internacionales, diciendo la verdad y exponiendo los crímenes de la ocupación al mundo.
Halawani compartió: "la ocupación quiere silenciar esta voz para que no expongamos la verdad sobre sus crímenes".
Subrayó que la exclusión y la prohibición de viajar son: "la prueba de que nuestra influencia sigue siendo fuerte, aunque nos destierren de la mezquita de Al-Aqsa o nos prohíban viajar".
Halawani se siente orgullosa porque, según ella, esas decisiones no las dicta la policía, sino un alto cargo de las autoridades de ocupación, el ministro del Interior, y señala que defender la mezquita de Al-Aqsa "tiene un precio".
Señaló que, aunque las fuerzas de ocupación conocen todos los rincones de su casa porque la han allanado varias veces, llaman deliberadamente a las puertas de todos sus vecinos para molestarlos y presionar a los que viven cerca.
Sobre si la reciente decisión, junto con el acoso de la ocupación, la disuadiría de continuar su camino, expresó: "Si fuera a desanimarme, no estaría en este camino, pero desde que la ocupación decidió perseguirme, me he hecho más fuerte y más influyente, y esto es lo que enfada a la ocupación". Halawani explicó que si la ocupación sigue persiguiendo a un individuo, éste se hace más fuerte, y cuanto más oprimido está, más le sorprende la paciencia y la confianza.