Una oferta pública de adquisición de veinte mil millones de dólares (16.000 millones de libras) por parte de Arabia Saudí para comprar la Fórmula Uno fue rechazada por los actuales propietarios del deporte, Liberty Media. La empresa estadounidense había comprado la F1 en 2017 por menos de una cuarta parte de la cantidad que Arabia Saudí estaba dispuesta a pagar, 3.300 millones de libras (4.100 millones de dólares). Sin embargo, las conversaciones entre el rico Estado del Golfo y Liberty Media se habrían roto.
Según el Telegraph, que informó de los detalles de la OPA fallida, personas cercanas a ambas partes afirmaron que se habían celebrado reuniones en los últimos años, pero no en los últimos meses. Citando a Bloomberg, la agencia de noticias británica afirmó que el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí estaba dispuesto a desembolsar 16.000 millones de libras (19.700 millones de dólares), un enorme aumento respecto al acuerdo de 3.300 millones de libras de Liberty en 2017.
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El presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, ha expresado su preocupación por los altos precios que ofrecen los saudíes. "Como guardianes del deporte del motor, la FIA, como organización sin ánimo de lucro, se muestra cautelosa ante los supuestos precios inflados de 20.000 millones de dólares que se están poniendo a la F1", dijo Sulayem en twitter.
As the custodians of motorsport, the FIA, as a non-profit organisation, is cautious about alleged inflated price tags of $20bn being put on F1. (1/3)
— Mohammed Ben Sulayem (@Ben_Sulayem) January 23, 2023
"Se aconseja a cualquier comprador potencial que aplique el sentido común, considere el bien mayor del deporte y venga con un plan claro y sostenible, no sólo con mucho dinero", añadió Sulayem en sus comentarios en contra de la oferta saudí. "Es nuestro deber considerar cuál será el impacto futuro para los promotores en términos de aumento de las tasas de organización y otros costes comerciales, y cualquier impacto adverso que pueda tener en los aficionados".
En otra entrevista, el presidente de la FIA sugirió que el precio está "inflado". "Es exagerado", añadió. "Hablando con sentido común, ¿vale tanto?". La preocupación expresada por Sulayem refleja la creciente inquietud por el impacto corruptor de las colosales sumas de dinero que se inyectan en el deporte. Aunque el problema existe desde hace muchos años, el uso de los infinitos recursos de los países del Golfo para comprar grandes marcas deportivas ha provocado un temor aún mayor sobre su sostenibilidad.
Aunque llega tarde al negocio, siguiendo los pasos de sus vecinos EAU y Qatar, Arabia Saudí tiene el potencial de remodelar el panorama deportivo. El Reino está desesperado por mejorar su imagen y ve en el deporte una forma no sólo de hacerlo a través del "lavado de cara deportivo", sino también de prepararse para una economía post-petróleo.