Al parecer, Irak aspira a albergar la Copa Asiática de fútbol de 2027, tras el éxito de la Copa del Golfo Pérsico, que ganó por cuarta vez.
Según Doha News, el presidente de la Asociación Iraquí de Fútbol (IFA), Adnan Dirjal, declaró que "la nueva era de estabilidad" ha abierto una oportunidad para que el país albergue la competición continental, junto con Arabia Saudí, actual candidata.
El Gobernador de Basora, ciudad que recientemente albergó la Copa del Golfo, Asaad Al-Eidani, también respaldó los comentarios de Dirjal y, según la Agencia de Noticias Iraquí, "Irak se ha convertido en un país seguro y se merece mucho, y así lo demuestra el actual campeonato, que registró un alto índice de éxito, y debemos esforzarnos por albergar el Campeonato Asiático en Irak".
"Arabia Saudí es el único país que organizará el Campeonato Asiático en 2027, y puede haber una asociación entre Irak y Arabia Saudí para organizar este torneo, e Irak puede organizarlo solo", añadió.
LEER: La ONU necesita 4.300 millones de dólares en ayuda humanitaria para Yemen
En 2007, Irak ganó la Copa Asiática por primera vez, tras derrotar por 1-0 a Arabia Saudí, tres veces campeona; se dijo que la ocasión había unido al país, devastado por la guerra y dividido por años de violencia sectaria.
En diciembre del año pasado, Arabia Saudí se convirtió en el único candidato que quedaba para la Copa Asiática 2027, después de que India retirara su candidatura.
El martes, la Agencia de Prensa Saudí informó de que el príncipe heredero, Mohammed Bin Salman, felicitó al primer ministro de Irak, Mohammed Al-Sudani, por organizar con éxito la 25ª Copa del Golfo Arábigo y ganar el torneo. Irak venció a Omán por 3-2 en la final, para levantar el trofeo por primera vez desde 1988.
"Tengo el placer de transmitir a Vuestra Excelencia mis sinceras felicitaciones y mis mejores deseos de nuevos logros y al fraternal pueblo de Irak nuevos progresos y prosperidad", declaró Bin Salman.
Sin embargo, la victoria se vio empañada por una estampida mortal antes del partido, después de que miles de aficionados sin entradas se concentraran ante el Estadio Internacional de Basora, dejando al menos cuatro muertos y decenas de heridos. También surgió la polémica con el vecino Irán, que se opuso a que el primer ministro iraquí y líder sadrista, Moqtada Al-Sadr, se refiriera al torneo como el "Árabe" en lugar del Golfo Pérsico, llegando incluso a convocar al embajador iraquí en protesta por el uso del "nombre falso".