Senadores estadounidenses del Partido Demócrata afirman que no hay contradicción entre los Acuerdos de Abraham y el compromiso de dos Estados sobre Palestina-Israel. Si consideramos que la diplomacia de los dos Estados está obsoleta en su estado actual, su argumento queda claro. Los Acuerdos de Abraham detuvieron temporalmente la intención de Israel de anexionarse territorio palestino, mientras continuaba la expansión colonial -e ilegal- de los asentamientos. Sin embargo, los senadores se refieren al compromiso de los dos Estados como si aún fuera una opción viable, lo que contradice el hecho de que los Acuerdos de Abraham confirman la imposibilidad de que los "dos Estados" lleguen a materializarse. En este sentido, los acuerdos ponen de manifiesto la hipocresía internacional respecto a Palestina.
Durante años, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha hablado de lo irrelevante que se ha vuelto Palestina para los líderes árabes, y los Acuerdos de Abraham le han dado la razón. Aunque actualmente la atención se centra en conseguir que otros países árabes se sumen a los acuerdos de normalización con Israel, Netanyahu sabe que las lealtades cambiarán como consecuencia de ello; al igual que los senadores estadounidenses, que actualmente restan importancia al efecto de los Acuerdos de Abraham sobre las repercusiones a las que se enfrentan los palestinos como consecuencia de la expansión de los asentamientos israelíes.
Cuando se le preguntó si la expansión de los asentamientos puede producirse mientras se impulsan los Acuerdos de Abraham, la senadora demócrata estadounidense Kirsten Gillibrand declaró: "Creo que se pueden mantener estas negociaciones sobre los Acuerdos de Abraham independientemente de cualquier cuestión política local". Gillibrand formaba parte de una delegación de gira por Israel, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos.
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha parecido acercarse retóricamente al inútil consenso internacional sobre la expansión de los asentamientos israelíes, afirmando su oposición pero sin actuar. Es el reflejo del resto de la comunidad internacional.
Según la senadora demócrata Jackie Rosen, que formaba parte de la delegación, "fuimos muy claros cuando hablamos con el primer ministro Netanyahu en el sentido de que es importante que mantengan el statu quo y que no hagan nada que impida el progreso de los Acuerdos de Abraham y una solución negociada de dos Estados".
Nada impedirá que avancen los Acuerdos de Abraham si los países árabes deciden unirse a ellos, pero el paradigma de los dos Estados ya ha desaparecido. Gillibrand ha sugerido que Estados Unidos seduzca a los países árabes que se adhirieron a los acuerdos de normalización para que inviertan en proyectos humanitarios para Palestina a cambio de tecnología militar estadounidense. Sin embargo, la administración Biden no es partidaria de ello para preservar la ventaja militar cualitativa de Israel sobre otros países de la región.
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Netanyahu sabe que no hay necesidad de acelerar la anexión formal del territorio palestino, porque existe el entendimiento de que dos Estados nunca se harán realidad. Sólo la comunidad internacional y la Autoridad Palestina mantienen su autoengaño, en detrimento del pueblo palestino, por supuesto. Con la ayuda de la comunidad internacional, Netanyahu está ganando tiempo para la expansión colonial de Israel y sus planes de anexión. Mientras tanto, la insistencia de la comunidad internacional en el paradigma de los dos Estados no hace nada por los palestinos, ni por la paz y la justicia.
Ningún gobierno israelí aceptará un Estado palestino y los Acuerdos de Abraham se están convirtiendo rápidamente en el nuevo paradigma porque la política de dos Estados no tiene validez. Normalizar los Acuerdos de Abraham ha sido posible porque la "solución" de los dos Estados ha desaparecido y la comunidad internacional está dispuesta a mantener a los palestinos como un proyecto humanitario bajo otros auspicios. Mientras tanto, la AP está en deuda con sus donantes, y esto no augura nada bueno para los palestinos, especialmente cuando la descolonización es la única opción para que recuperen su tierra.
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