Turquía convocó el jueves a los embajadores de nueve países occidentales, entre ellos Estados Unidos y Suecia, para criticar su decisión de cerrar temporalmente las misiones diplomáticas y emitir alertas de seguridad tras los incidentes de quema de coranes en Europa, informó Reuters.
También fueron convocados los enviados de Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Suiza y Gran Bretaña, según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores en Ankara.
En las dos últimas semanas, activistas de extrema derecha quemaron ejemplares del libro sagrado musulmán, el Corán, en Suecia, Dinamarca y los Países Bajos, actos que llevaron a Turquía a interrumpir las negociaciones para levantar sus objeciones a la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN.
El Ministro del Interior turco, Suleyman Soylu, acusó a las embajadas de librar "una nueva guerra psicológica" contra Turquía el mismo día en que Ankara se había fijado el objetivo de atraer a 60 millones de turistas al año.
Durante la semana pasada, Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos fueron algunos de los países que advirtieron a sus ciudadanos de un mayor riesgo de atentados en Turquía, en particular contra misiones diplomáticas y lugares de culto no musulmanes.
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Alemania, Francia y Holanda fueron algunos de los países que cerraron temporalmente misiones diplomáticas en Turquía por motivos de seguridad esta semana. Algunos citaron zonas del centro de Estambul como muy preocupantes, pero no facilitaron la fuente de la información.
Berlín también advirtió a la opinión pública de una "amenaza" y dijo que su Consulado General en Estambul permanecería cerrado el viernes. Berlín dijo que hay información "precisa y concreta" sobre la existencia de una amenaza y se refirió, en particular, al distrito de Beyoglu en Estambul, la calle Istiklal y la plaza Taksim, además del barrio de Levent, que incluye numerosos consulados. Berlín no nombró a ningún grupo detrás de la amenaza.
"Tales actividades simultáneas no constituyen un enfoque proporcional y de sentido común y ... sólo sirven a la agenda encubierta de las organizaciones terroristas", dijo una fuente del Ministerio de Asuntos Exteriores, que pidió no ser identificada.
Recientemente, el político danés-sueco de extrema derecha Rasmus Paludan quemó un ejemplar del Corán frente a una mezquita de Estocolmo, y amenazó con hacerlo cada semana hasta que Turquía aceptara la adhesión de Suecia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Los 30 miembros de la OTAN deben aprobar a los recién llegados. Suecia y Finlandia solicitaron el ingreso el año pasado ante la invasión rusa de Ucrania, pero se toparon con la sorpresiva resistencia de Turquía.
Desde entonces, han intentado ganarse su apoyo, entre otras cosas aceptando adoptar una línea más dura a nivel nacional contra quienes, según Turquía, son miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, el PKK, designado grupo terrorista por Ankara y la Unión Europea.
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