Israel se enfrenta a una renovada acción colectiva en términos de resistencia anticolonial palestina. La Autoridad Palestina ha vuelto a interrumpir la coordinación en materia de seguridad, aunque Mahmoud Abbas ha renegado varias veces y posiblemente vuelva a hacerlo. Mientras tanto, la UE ha pedido a "ambas partes que hagan todo lo posible para desescalar la situación y reanudar la coordinación de seguridad". Aunque "ambas partes" enmarca las palabras del Jefe de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, está claro que el bloque espera que los palestinos se acomoden a Israel. La declaración de Borrell también es clara en cuanto al reconocimiento por parte de la UE de "las legítimas preocupaciones de Israel en materia de seguridad." En otras palabras, el reconocimiento por parte de la UE de la narrativa de seguridad fabricada por Israel normaliza la empresa colonial de Israel y la violencia contra los palestinos. Entonces, ¿dónde deja la postura de la UE la cuestión de los derechos humanos y políticos de los palestinos?
Con semejante impunidad construida en beneficio de Israel, no es de extrañar que la reciente declaración del ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, no suscitara ninguna crítica. "Cualquiera que ayude a los terroristas será perjudicado. Si es necesario, destruiremos sus casas. Les privaremos de sus derechos. Si es necesario, los expulsaremos", declaró Gallant a los periodistas tras una evaluación en el cuartel general del ejército en la Cisjordania ocupada.
De todas las medidas atroces mencionadas por Gallant, no hay ninguna que los palestinos no hayan experimentado todavía. Sin embargo, Israel intenta hacerse pasar por una entidad que ha actuado dentro de los parámetros de los derechos humanos y que sólo recientemente ha decidido actuar de otro modo. Un recordatorio sucinto para Gallant: el colonialismo sionista despojó a los palestinos de sus derechos, destruyó sus casas y los desplazó. ¿Qué hace que la amenaza de Gallant sea supuestamente nueva? ¿El hecho de que la Nakba ocurriera en 1948 e Israel se haya cuidado de disfrazar su violencia posterior contra los palestinos como medidas punitivas?
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El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, no abordó las acciones violentas de Israel durante su visita y se dedicó a promover el statu quo, que da más poder a Israel. Los Acuerdos de Abraham siguen proporcionando a Estados Unidos y a la comunidad internacional suficiente desviación de las cuestiones en juego, en particular la continua usurpación por parte de Israel de territorio palestino, que va en contra del derecho internacional pero que ha sido normalizada por la ONU al aceptar a Israel como Estado miembro en 1949. El reconocimiento de Israel por la ONU selló el destino del pueblo palestino. El reconocimiento de Israel como Estado eliminó el contexto colonial a nivel internacional.
Cuando los palestinos hablan de la Nakba en curso, la comunidad internacional debería prestarles atención. Sólo porque hayan pasado décadas desde 1948 e Israel ya no necesite limpiar étnicamente Palestina de palestinos mediante la expulsión masiva, no significa que la empresa de apartheid colono-colonial haya abandonado los fundamentos de sus tácticas. La declaración de Gallant pretende distanciar las acciones actuales de Israel de las de los paramilitares sionistas anteriores a la creación de Israel, pero los palestinos saben que no es así. Y también lo sabe la comunidad internacional, pero es mucho más parcial al paradigma humanitario que creó para los palestinos. Sin Israel, no hay consecuencias humanitarias para los palestinos sobre las que la comunidad internacional pueda clamar por los derechos humanos y la ayuda humanitaria. Si Gallant cumple sus amenazas, Israel alimenta la narrativa humanitaria de la comunidad internacional, mientras que ésta promueve la supuesta narrativa de seguridad de Israel.
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