Las autoridades panameñas están dispuestas a permitir que buques de guerra iraníes naveguen por el Canal de Panamá, a pesar de las preocupaciones expresadas por Estados Unidos en contra de ello.
Tras los informes de que Teherán estaba enviando sus buques de guerra a la estratégica vía navegable -que representa el cinco por ciento del comercio marítimo mundial- y, en especial, un informe del periódico La Estrella de Panamá del mes pasado de que los buques de guerra iraníes se posicionarán allí, Panamá hizo una declaración positiva al respecto.
"Con base en las regulaciones antes mencionadas, la Autoridad del Canal de Panamá tiene la obligación de permitir el paso de cualquier buque que cumpla con todos estos requisitos", citando la necesidad del buque de acatar las normas de seguridad mundiales, pagar peajes y no cometer actos hostiles.
La medida provocará el enfado de Washington, que expresó su oposición cuando el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Vedant Patel, declaró a la prensa a principios de este mes que "continuará vigilando cualquier plan iraní de actividades navales en el hemisferio occidental", además de seguir "disponiendo de una serie de herramientas para exigir responsabilidades al régimen iraní".
Patel aclaró que Washington no considerará imponer sanciones a Panamá o a sus autoridades, pero que "seguiremos aplicando enérgicamente nuestras sanciones" a Irán y sus filiales, y que "cualquiera que haga negocios con una entidad sancionada se arriesga a ser designado él mismo."
Jeb Bush, ex gobernador de Florida, también escribió el mes pasado una columna en el Washington Post en la que acusaba a Panamá de ayudar a Irán a eludir las sanciones occidentales sobre sus exportaciones de petróleo. "Sin el apoyo de Panamá, el régimen iraní se enfrentaría a importantes obstáculos para contrabandear su petróleo y gas por todo el mundo", escribió.
Estados Unidos, que construyó el Canal a principios del siglo XX para unir los océanos Atlántico y Pacífico y establecer un nuevo corredor comercial, teme principalmente que Teherán busque impulsar su presencia en América Latina, especialmente tras años de cultivar lazos políticos, diplomáticos y comerciales con Estados de la región, como Venezuela.
Según el Tratado del Canal de Panamá de 1977, la vía acuática "permanecerá segura y abierta al tránsito pacífico de los buques de todas las naciones en condiciones de entera igualdad", siempre que cumplan los requisitos mencionados. Ese mismo tratado entregó el control del Canal a Panamá el 31 de diciembre de 1999, asegurando su estatus neutral.