Ender Kerem permaneció 44 horas atrapado bajo los escombros de su casa derrumbada tras el terremoto que sacudió el sur de Turquía, informa la agencia de noticias Anadolu.
"Estaba en el sofá; enseguida me acurruqué en el borde del sofá como un gato. Luego recé a Dios y esperé.
"Entonces se rompió una columna (de la casa), o sucedió otra cosa, cuando levanté la mano, toqué el techo.
"Mi espacio de movimiento era muy limitado. Podía moverme en un área de un metro cuadrado", dijo Kerem, residente del distrito de Kirikhan, en la provincia de Hatay, una de las zonas más afectadas.
"Estaba oscuro en todas partes. Intenté hacer oír mi voz, pero no pude. Las horas pasaban como años. Entonces escarbé (entre los escombros) con las manos, como un topo. Me acerqué a la ventana. Intenté hacer ruido allí, pero no funcionó. Volví a mi casa".
Kerem, de 52 años, dijo que, tras el segundo seísmo, ya no había sitio para moverse e intentó constantemente hacer ruido con el trozo de madera que encontró entre los escombros.
"Es el milagro de Dios, exactamente 44 horas después, el equipo de rescate oyó mi voz y me sacó. El día del terremoto estaba solo en casa; mis hijos estaban fuera de la ciudad".
Los seísmos de magnitud 7,7 y 7,6 afectaron a más de 13 millones de personas en 10 provincias.
Varios países de la región, entre ellos Siria y Líbano, también sintieron los fuertes temblores que sacudieron Turquía en menos de 10 horas.
Al menos 18.342 personas murieron y otras 74.242 resultaron heridas en los dos terremotos que sacudieron el sur de Turquía y que también se sintieron en países vecinos como Siria y Líbano.
Turquía ha declarado el estado de emergencia durante tres meses en 10 provincias afectadas por los seísmos.
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