Tras el devastador terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el lunes Turquía y Siria, decenas de países se apresuraron a ofrecer ayuda humanitaria para rescatar a los supervivientes, tratar a los heridos y dar cobijo a los desplazados.
Israel fue uno de ellos y envió equipos de rescate de su ejército al sureste de Turquía, afectado por el terremoto. El ejército de ocupación israelí declaró que su equipo de rescate estaba formado por varias delegaciones, cada una con una misión especial.
El Ministerio de Defensa y el Ministerio de Asuntos Exteriores de la ocupación israelí, que dirigen conjuntamente las delegaciones de rescate, bautizaron la iniciativa como "Operación Ramas de Olivo".
Ankara ha restablecido recientemente sus relaciones diplomáticas con Israel, lo que ha permitido a los políticos de ambas partes reanudar el contacto, pero el pueblo turco sigue viendo a Tel Aviv como un enemigo. Ahora, Israel se esfuerza desesperadamente por ganar una batalla de relaciones públicas.
Los líderes de la ocupación israelí expresaron su pesar y tristeza tras la devastación causada por el desastre natural en Turquía y Siria, pero ¿dónde estaban estos líderes cuando ordenaron a su ejército causar desastres similares en la Franja de Gaza en 2008/9, 2012, 2014, 2018 y 2021? Decenas de edificios residenciales palestinos, incluidos rascacielos, fueron bombardeados por los aviones de guerra de la ocupación israelí y se derrumbaron sobre las cabezas de sus residentes.
El actual primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó los ataques contra Gaza en 2012, 2014 y 2021. Mientras que 2014 fue uno de los años más sangrientos de la historia palestina debido a los ataques que Israel lanzó contra Gaza en julio bajo las órdenes del gobierno de Netanyahu. Según un informe de la ONU, el ejército israelí atacó Gaza con 6.000 cohetes y casi 50.000 proyectiles de tanque y artillería durante 51 días. En los ataques de Israel murieron 2.251 palestinos, entre ellos 551 niños y 299 mujeres, más de 11.000 resultaron heridos y más de 1.500 niños quedaron huérfanos.
Durante la ofensiva, 28.366 casas resultaron dañadas, algunas por completo y otras parcialmente. Unos 65.000 palestinos se quedaron sin hogar, mientras que las infraestructuras básicas sufrieron graves daños.
En 2019, Benny Gantz, que fue jefe de gabinete de Netanyahu en 2014 y al que a menudo se hace referencia como una "paloma de la paz", especialmente cuando se le compara con el actual gobierno de derechas, se jactó de que "partes de Gaza fueron devueltas a la Edad de Piedra" durante la ofensiva y de que miles de palestinos habían muerto.
Comentando la matanza de diez palestinos por parte de la ocupación israelí en Yenín el mes pasado, el MK israelí Almog Cohen dijo: "Buen y profesional trabajo de los combatientes en Yenín. Sigan matándolos [a los palestinos]".
Es difícil saber exactamente a cuántos palestinos han matado los dirigentes israelíes y cuántos se han jactado de la destrucción que han causado en la vida de los palestinos. Estos ejemplos simplemente ofrecen una instantánea de las opiniones de los funcionarios israelíes sobre el trato a los palestinos.
Durante su estancia en Turquía, el ejército de ocupación israelí declaró que su delegación "establecerá un hospital de campaña y se centrará en proporcionar tratamiento médico utilizando equipos avanzados traídos de Israel". Sus acciones nunca borrarán el daño que causó en Gaza, sus ataques contra hospitales de la Franja y ambulancias en la Cisjordania ocupada. Proporcionar ayuda a Turquía no borrará los recuerdos de los pacientes que se vieron obligados a huir del hospital Abu Youssef Al-Najjar en 2014 a hombros de sus familiares o mientras eran empujados en sillas de ruedas o en camas de hospital.
Si a la ocupación israelí le preocupa la situación humanitaria en una zona tan devastada, ¿por qué no permite a los palestinos de Gaza acceder a la asistencia sanitaria en el extranjero o incluso en la Cisjordania ocupada? ¿Y por qué no permite la entrada de equipos médicos o medicinas en el enclave asediado?
Hay una inmensa ironía en que una delegación del ejército israelí se dirija a rescatar a las víctimas de una catástrofe natural, cuando el propio ejército israelí es responsable de un sinfín de catástrofes, de la muerte de cientos de miles de palestinos y de diez ciudadanos turcos que intentaban llevar ayuda humanitaria a Gaza.
Israel no conseguirá alterar la imagen bárbara que ha dibujado de sí mismo a lo largo de las décadas transcurridas desde su creación. Sus manos están manchadas con la sangre de innumerables palestinos, árabes y partidarios internacionales de la causa palestina.
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